jueves, 14 de junio de 2012
EL REFLEJO,HISTORIA DE TERROR
Caía la tarde, serían poco más de las 3 cuando mi hija cerró la puerta y colgándose de mi brazo nos encaminamos hacia una pequeña tienda que no queda lejos de casa. El clima era muy inusual, corría un viento frío y sin embargo el sol se mantenía radiante en un cielo despejado. El camino se me antojó un poco más largo de recorrer que en otras oportunidades, además no había gente transitando, no había automóviles, no había ni siquiera un solo perro que normalmente vagabundeaban por las calles, todo era un silencio perturbador pero finalmente decidí no prestarle atención al detalle pues la tertulia con mi niña era de lo más entretenida, haciéndome reír con las ocurrencias típicas de sus compañeros de salón y regañándola con cariño cuando me contaba una travesura que a mi juicio había excedido algún límite. Esa extraña brisa fría hacia que ella se aferrara a mi brazo con más fuerza, como si buscara algo más de calor mientras se lamentaba no haber traído su suéter. Atravesábamos ya un parque y una corriente de aire muy fuerte levantó mucho polvo del que tuve que cubrir el rostro con el brazo para evitar que entrara tierra a los ojos, y mientras con el otro brazo intentaba cubrirle el rostro a María Esther con el mismo fin. Sentí un escalofrío cuando noté que no estaba a mi lado... Procuré mantener la calma mientras pensaba "y ahora, ¿adónde se fue?" pero no podía, el parque es grande, sin árboles, ¿dónde esconderse? y ¿qué tan rápido podía cruzarse, si cuantas veces habíamos venido a jugar a las carreras sabía por esa experiencia que no podía desaparecer corriendo en menos de 5 segundos? Una sensación de desesperación empezó a invadirme... Me quedé parado con una sensación de aturdimiento, miraba alrededor, giraba en círculos sobre mí mismo buscando con la mirada, atisbando algún movimiento, el frío y el silencio no hicieron más que aumentar mi estado de pánico, no comprendía, ¿qué estaba sucediendo?, ¿qué hacía detenido allí como tonto? y ¡mi hija! ¿dónde está María Esther?. De tanta vuelta sentía que perdía la cordura, mi mente era un revoltijo de imágenes, sonidos y pensamientos, mi corazón no paraba de latir con más fuerza y mayor velocidad... Sentí que me desvanecería en cualquier momento, pero ¡no!, no dejaría que eso me pasara, ¡mi María Esther!, ¡tenía que hacer algo!. Logré dejar de girar sobre mi sitio, era cómico verme en una situación así, quienquiera que me haya visto se hubiera reído sin el menor remordimiento. Me ubiqué mirando hacia el lado del parque desde donde veníamos, y el cielo había dejado de ser azul para dar paso a unas nubes anunciando una tormenta. Empecé a caminar, mis pasos iniciales eran tambaleantes pero tomé fuerza y me encaminé hacia la casa, finalmente pude tomar una bocanada de aire y corrí. Toda ésta locura no tenía sentido, a medida que me aproximaba a la puerta buscaba en el bolsillo del pantalón la llave, tras sacarla con una mano nerviosa noté que ésta se abría y allí estaba ella parada con una sonrisa... Sentí volverme loco. - ¡Papá! ¿Estas bien? - ... - ¿Papá? - ... Me tomó de la mano y sentí recuperarme de ese algo que no sabía qué era... - No es nada hija... Es que pensé... ... ... olvídalo... - No entiendo papá, pero no importa... ¿Me das un abrazo? Cerré los ojos y la estreché entre mis brazos, ¡Sentí recuperar la tranquilidad...! Evitaba que una inquieta lágrima iniciara su camino por mi mejilla izquierda, la seque apoyando mi rostro en su hombro, y al levantar la vista para mirarla y ver lo bella que era y cuánto se parecía a su madre, sentí una alegría... Me miraba con curiosidad, porque bueno, no entendía nada... Pero, ¡un momento!, el espejo de la sala, ¡el espejo solo me reflejaba a mí!
jueves, 31 de mayo de 2012
MISTERIOS Y PSICOFONIAS EN BELCHITE
La leyenda de Belchite se remonta a la Guerra Civil española, con el bombardeo de todo el pueblo y con la muerte de sus habitantes. Hoy en día aún estremece pasear entre las ruinas de Belchite el Viejo. Belchite es un pueblo situado en el nordeste de España, profundamente afectado por los bombardeos de la Guerra Civil española (1936-1939). Actualmente el pueblo se divide en dos partes, Belchite el Viejo y el actual Belchite. Sin embargo, pasear por las ruinas del Belchite el Viejo es estremecedor, entre sus edificios derruidos y bombardeados se sienten impresiones indescriptibles y un ambiente algo espeluznante. De hecho hay quien asegura que por allí aún vagan las almas de toda la gente que murió. En el verano de 1937, fuerzas republicanas al mando del general Pozas iniciaban una ofensiva con la que consiguieron ocupar Quinto, Codo y Mediana, amenazando la ciudad de Zaragoza. Después de un año de guerra civil en España, los nacionales del general Franco se encontraban a punto de entrar en Santander, y la ofensiva republicana en Aragón pretendía impedir la pérdida de la plaza cántabra y del frente del Norte que aún resistían. A finales de agosto, el avance de las tropas gubernamentales se encontró con un grave escollo: el pueblo de Belchite, bien fortificado y con una guarnición nacionalista de unos dos mil efectivos que resistieron hasta el 6 de septiembre de 1937. Belchite, centro comarcal de la Tierra de su mismo nombre, enclavada en un medio natural típico del secano aragonés, quedó completamente arrasado y se calcula que los muertos en la batalla fueron unos seis mil. El importante patrimonio histórico y urbano ya dañado por las consecuencias de las guerras carlistas, quedó prácticamente arrasado en los aciagos días del verano de 1937. Belchite no fue reconstruido y hoy conviven el pueblo nuevo y el viejo, en un impresionante testimonio de la violencia de los hombres para con su historia. La guerra civil española se pierde entre los muros del pueblo abandonado, desgarrados por las balas y los obuses, para trascender hasta convertirse en un símbolo intemporal de los anhelos de paz. Hoy, existe un Belchite subterráneo, ya que durante la guerra, la gente comunicó con túneles las bodegas de las casas para esconderse y poder comunicarse sin riesgo. Bajo tierra, podría haber documentos y objetos de valor histórico sobre el pueblo, la guerra y la vida cotidiana durante el conflicto. Los que han atravesado sus calles polvorientas lo han sentido, es como si el tiempo se hubiese detenido. Esperas que en cualquier momento unos niños salgan corriendo de uno de los caserones destruidos, y es que aun se siente vida en el pueblo. Para muchos investigadores de lo paranormal, el viejo Belchite, es el lugar perfecto para realizar psicofonias, y por los resultados podemos afirmar que así es, tanto por la cantidad como por la calidad. Una de las mejores grabaciones realizadas fue sin duda la de nuestros amigos David Garcés y Paco Calahorro, que junto a un equipo de investigadores consiguieron grabar en la iglesia de San Martín una voz. Después de analizarla, hay unanimidad en catalogar la voz de una niña o niño, también se puede escuchar un clic metálico característico de estas grabaciones, la escalofriante voz dice: "Rojo al suelo". Según los investigadores, allí no había ninguna niña o niño que hubiera podido realizar la misteriosa inclusión. Al escucharla, parece que uno ha sido capaz de recoger un breve fragmento de historia, como si la voz hubiese perdurado a través del tiempo con la posibilidad de ser captada en determinados momentos.
LLANTOS EN LA CASA CUNA DE CADIZ
Una enorme explosión en un antiguo orfanato en Cádiz (España) en agosto de 1947 acabó con la vida de varios niños. Aún hoy dicen que se oyen sus llantos y voces desde el más allá en el edificio. Una enorme explosión en un antiguo orfanato en Cádiz (España) en agosto de 1947 acabó con la vida de varios niños. Aún hoy dicen que se oyen sus llantos y voces desde el más allá en el edificio. Según documentos antiguos, la Casa Cuna o Casa de Expósitos se fundó como hospicio de la ciudad de Cádiz en el año 1621.Desde esa fecha allí eran depósitados en los torno por sus madres, los niños recién nacidos a los que renunciaban, bien por ser hijos ilegítimos y según la sociedad de la época, hijos de la vergüenza, o bien por estar las madres imposibilitadas económicamente para mantenerlos. A estos infantes se les denominaban como '' Niños del Hospicio'', criados, cuidados y educados por monjas de la caridad ayudadas por enfermeras, amas de leche y cuidadoras. La noche del 18 de agosto de 1947, una tremenda explosión se produce en las inmediaciones de los Astilleros Echevarrieta Larraiga, de Cádiz, una de las empresas más importantes de las construcciones navales, y que daba empleo a la mayor parte de la población andaluza. En esas fechas, Cádiz era una ciudad que se sobreponía a duras penas de los vestigios dejados por la guerra civil, y que se encontraba inmersa en las penalidades y durezas de la posguerra. La explosión destruyó por completo la Casa Cuna, que a esas horas se encontraba repleta de niños recién acostados, vigilados por las monjas y las cuidadoras. La mayoría de los niños encontraron la muerte bajo los escombros ese fatídico día. Perecieron diecinueve muchachos, nueve niñas, doce sirvientas y cinco monjas. Muchos de los cadáveres de niños rescatados no consiguieron ser identificados debido a que sus cuerpos se encontraban aplastados, mutilados e irreconocibles, y fueron enterrados anónimamente en fosas comunes. Otros nunca llegaron a ser encontrados y se los dio definitivamente por desaparecidos.Posteriormente se procedió a la total demolición de los restos del edificio y en su lugar se construyó la Institución Generalísimo Franco, que años después paso a llamarse Institución Provincial Gaditana. Esta nueva Institución se trataba de un colegio estrictamente femenino dirigido por religiosas, el cual acogía a alumnas internas y externas. En el casa de las alumnas internas, dormían en el mismo colegio, y según contaban, los dormitorios se encontraban ubicados en la zona en la que en su día estuvieron los dormitorios de la Casa Cuna. Ya por aquel entonces las alumnas internas comenzaron a percibir cosas extrañas, sobre todo en las madrugadas, tales como escuchar el llanto de bebés, risas y carreras de niños, presencias extrañas e incluso sombras en las ventanas.Las monjas llegaron a ponerse realmente nerviosas ante tales acontecimientos, y prohibieron rotundamente los comentarios sobre estos temas, pero aún así las alumnas cuchicheaban y se contaban las experiencias vividas, aunque la mayoría de las veces no les era necesario hablar: la presencia de algo extraño flotaba en el ambiente.También las alumnas presenciaron un trágico suceso; En una ocasión una de ellas salió del comedor tras el almuerzo, se fue directamente a su habitación y allí incomprensiblemente, se precipitó por la ventana. Afortunadamente no sufrió daños mayores, y al ser reprendida ante tal acto, afirmaba rotundamente ante las insistencias de sus cuidadoras, que fue empujada al vacío, sin saber cómo, por qué o por quién.Las estudiantes eran testigos de puertas que se cerraban solas, fuertes golpes de desconocida procedencia y campanas que sonaban sin que nadie las hiciera sonar e incluso alguna afirmó ver el espectro de una monja vestida a la antigua usanza en el patio del colegio.Posteriormente, a principios de la década de los 90, el edificio pasó a ser la sede de Radio Onda Litoral, y los operarios de este medio de comunicación comenzaron a ser testigos de los mismos hechos insólitos que anteriormente manifestaron las niñas. En una ocasión cuentan que pudieron ver a través del cristal del estudio de grabación, a varios niños ataviados con vestiduras de varias décadas atrás, correr por el pasillo. Extrañados por la presencia de los mismos, salieron del estudio de grabación y encontraron el pasillo completamente vacío. El mismo resultado obtuvieron tras hacer una inspección por todo el edificio. Hoy día se ubica allí una oficina del INEM, y el mutismo es el denomidador común en el personal del mismo.No obstante, si se le pregunta a los gaditanos sobre los fenómenos inexplicables en la ciudad, todos hacen referencia a la antigua Casa Cuna.Según ellos, los niños trágicamente desaparecidos siguen deambulando por el lugar con sus llantos y lamentos, sin encontrar el consuelo ni el descanso que necesitan, junto con las monjas que corrieron la misma finalidad.
EL MISTERIO DE LA MUERTE DE BRANDON LEE
Hijo del mítico Bruce Lee y protagonista de la película El Cuervo, Brandon Lee murió en extrañas circunstancias durante el rodaje del film en 1993. Hijo del mítico Bruce Lee y protagonista de la película El Cuervo, Brandon Lee murió en extrañas circunstancias durante el rodaje del film en 1993. Ríos de tinta se han escrito sobre la fatídica muerte del malogrado Brandon Lee durante el rodaje del film de terror "El Cuervo" en 1993 en una escena de la película, concretamente durante un tiroteo masivo que tiene lugar en la cinta. Su muerte y el causante de ésta, son cuestiones que se encuentran inmersas en el misterio, a pesar de que cuentan que fue una bala real la que causó la muerte del joven actor durante la escena de cruce de fuego y tiros que en un principio iba a ser de fogueo. Brandon Bruce Lee (1 de febrero de 1965, Oakland, California - 31 de marzo de 1993, Wilmington, Carolina del Norte) fue un actor de artes marciales y películas de acción al que la muerte, al igual que su padre, Bruce Lee, lo sorprendió a temprana edad. Brandon murió el 31 de marzo de 1993 durante la filmación de la película El Cuervo por una bala calibre 4,4 que debía ser de fogueo. Sus películas más populares son El Cuervo, Rapid Fire y Little Tokyo, protagonizada junto a Dolph Lundgren. Brandon estuvo muy unido a su padre. Desde pequeño, Bruce, se encargó de enseñarle técnicas de artes marciales y a los 4 años sabía dar patadas laterales. Con solo 8 años quedó huérfano de padre y pasó a ser "el hombre de la casa". Brandon era muy aficionado al motociclismo, practicaba las artes marciales y poseía un carisma similar al de Bruce. Inició su carrera como modelo y en anuncios de televisión, pero rápidamente se enfocó en la actuación. Su primera película, Kung-Fú, recibió buenas críticas. Llegó a ser aclamado con la película Rapid Fire, por lo que declaró, llorando, que seguramente su padre, al verlo, estaría sonriendo. Lee tuvo una carrera cinematográfica bastante corta al fallecer a los 28 años de edad. La bala que acabó con su vida se había alojado en el arma cuando fue utilizada en una escena anterior, en la cual un casquillo de percusión fue disparado y empujó la bala suelta de su hueco. El disparo alcanzó a Brandon Lee en el abdomen y le produjo la muerte horas después en un hospital de Carolina del Norte. En el guión de la película en la que murió un personaje que interpretaba su padre, Bruce Lee, titulada Juego con la muerte, unos mafiosos deciden deshacerse del protagonista haciendo que le disparen en medio de un rodaje con un arma que se suponía de fogueo (la misma muerte que tuvo Brandon años después), de ahí que se hablé de la maldición que persigue a la familia Lee, según los rumores , por enseñar el noble arte marcial oriental a los occidentales. La parte en la que Brandon Lee era herido de muerte por la bala fue destruida debido a un acuerdo legal, mientras que el disparo que lo mató no fue usado en la película, aunque algunas leyendas urbanas afirman que así fue. El disparo se produjo mientras se filmaba una escena que aparece casi al comienzo de la película, cuando al personaje de Lee (Eric Draven) le dispara el personaje de Michael Massee, Funboy. El accidente se produjo a ocho días de terminar la filmación (faltaban principalmente escenas retrospectivas del apartamento del protagonista y su novia) y fue completado mediante un doble y efectos digitales. Al igual que en la película, Brandon iba a casarse con su novia, Eliza Hutton, el 17 de abril de 1993. Lamentablemente, falleció 17 días antes de su boda. Hoy en día las circunstancias de la muerte de Brandon Lee siguen siendo objeto de rumores y leyendas como la maldición de los Lee. Brandon fue enterrado junto a su padre en el cementerio Lake View de Capitol Hill, Seattle, Washington.
SCHOLOMANCE,LA ESCUELA DEL DIABLO
Según cuenta la leyenda,Scholomance era una legendaria escuela de magia negra dirigida por el Diablo y ubicada al este de Europa, entre las montañas de Transilvania, en Rumanía. Según cuenta la leyenda,Scholomance era una legendaria escuela de magia negra dirigida por el Diablo y ubicada al este de Europa, entre las montañas de Transilvania, en Rumanía. Supuestamente su localización estaría exactamente cerca de un gran lago en las montañas de Los Cárpatos al sur de la ciudad de Hermannstadt, ahora conocida como Sibiu, en rumano. Su época de construcción se desconoce completamente. así como su ubicación exacta, ya que actualmente son muchos los historiadores que aseguran que o bien se encontraría en ruinas o bien (según las teorías más sobrenaturales) la escuela sólo se aparecería ante aquellos que la buscasen y sólo en momentos determinados del tiempo, siendo invisible a los ojos del resto. No obstante, y fábulas aparte, sí existen autores y escritores que a lo largo de los siglos han narrado tanto sus experiencias con esta escuela, como relatos históricos sobre la misma, Es el caso de la autora escocesa Emily Gerard y sus novelas/ensayos "La Tierra más allá del Bosque" (The land beyond the forest) y "Supersticiones de Transilvania" (Transylvanian Superstitions). Y es que (Jane) Emily Gerard, nacida el 7 de mayo de 1849 y fallecida el 11 de enero de 1905, fue una escritora escocesa también conocida como Emily Gerard, Mrs de Laszowska, Emily Laszowska, Emily Gerard, o Emily de Laszowska Gerard debido a su matromonio con Chevalier Miecislas de Laszowski, un soldado de caballería húngara, quien sus libros fueron la principal fuente de inspiración de Bram Stoker para escribir su novela "Drácula". En un extracto de "Supersticiones de Transilvania" Emily Gerard escribía: "As I am on the subject of thunderstorms, I may as well here mention the Scholomance, or school supposed to exist somewhere in the heart of the mountains, and where all the secrets of nature, the language of animals, and all imaginable magic spells and charms are taught by the devil in person. Only ten scholars are admitted at a time, and when the course of learning has expired and nine of them are released to return to their homes, the tenth scholar is detained by the devil as payment, and mounted upon an Ismeju (dragon) he becomes henceforward the devil's aide-de-camp, and assists him in 'making the weather,' that is, in preparing thunderbolts. A small lake, immeasurably deep, lying high up among the mountains south of Hermanstadt [sic], is supposed to be the cauldron where is brewed the thunder, and in fair weather the dragon sleeps beneath the waters." De manera que eran diez los jóvenes aprendices de magia que acudían a la escuela y una vez instruídos podían volver a sus hogares, pero uno de ellos, el décimo se quedaba como pago al Diablo. Los otros nueve alumnos restantes son conocidos bajo el nombre de Solomonarii, según las leyendas de Rumanía eran hombres altos, pelirrojos y vestidos de blanco. Otra versión de la historia conocida en Transilvania dice que Scholomance fue fundada por el famoso Señor Feudal Samuel von Brukenthal , para enseñar "magia blanca", y temas esotéricos a siete alumnos seleccionados
TERROR EN EL HOSPITAL ABANDONADO DE TORAX
El hospital abandonado de Tórax de Terrasa ha servido de escenario para múltiples películas de terror, debido a su siniestro aspecto y objeto de estudio por sus extrañas psicofonías. El hospital abandonado de Tórax de Terrasa ha servido de escenario para múltiples películas de terror, debido a su siniestro aspecto y objeto de estudio por sus extrañas psicofonías Apariciones, sucesos extraños y actividad paranormal recurrente en hospitales abundan en todo el mundo, esto se debe a que en estas instalaciones la vida y la muerte van de la mano y estas paredes son la eterna morada de sus almas, por donde deambulan sin rumbo o permanecen encerrados en las habitaciones en donde emitieron su último aliento. La historia del hospital de Tórax, en Terrasa, España, es escalofriante. En el hospital del horror de Tórax, como se le conoce, se conservan las ruinas. Rodeada por lúgubres jardines, la antigua estructura de un sitio escalofriante se yergue imponente y oscura. En este hospital sucedieron incontables muertes, pero no todas por las terribles enfermedades… Numerosas son las personas que se quitaron la vida mientras el hospital estaba en funcionamiento, todos internos desahuciados y alejados de sus seres queridos. Si pensamos que las almas de quienes se han suicidado no siempre encuentran la paz, porque les quedan asuntos pendientes o bien porque el momento fue tan traumático que no se dieron cuenta de que fallecieron, entendemos el porqué de la intensa actividad paranormal en el lugar. Estos enfermos sumidos en un profundo estado depresivo se lanzaban al vacío desde los altos ventanales de la planta 9 y sus cuerpos quedaban despedazados sobre el jardín trasero, lugar que por los gritos que los suicidas exclamaban al caer fue apodado como “la jungla”. Los internos que seguían con vida dentro del hospital y muchos integrantes del personal contaron en numerosas ocasiones que escucharon pasos cuando no había nadie, sombras que cruzaban fortuitamente el ambiente y apariciones de los suicidas deambulando por los pasillos, dentro de las habitaciones o bien paseándose por el fatídico jardín donde exclamaban tétricos aullidos de horror. Actualmente el hospital es un lugar de estudio para profesionales de lo paranormal, ya que se han dado casos muy extraños de psicofonías claras en extremo, fotos, experiencias paranormales y otras tantas pruebas que confirmaron la existencia de fenómenos que van más allá del entendimiento humano. En la parte trasera del hospital hay una capilla, este sitio es uno de los que más actividad presentan. Luego del cierre de la institución fue usada para el rodaje de películas de terror durante el cual todo el plantel experimentó sensaciones extrañas, por otro lado es el destino predilecto de sectas satánicas quienes aprovechan el sombrío escenario para realizar sus ritos demoníacos. Allí los investigadores han recolectado muchísimas y espeluznantes psicofonías así como información obtenida mediante la ouija. Aparte de esta zona, las plantas 9, 4 y 5 son intensamente activas; por otra parte en el ala aún habilitada para el albergue de personas con alteraciones mentales, tanto internos como el personal, afirman haber experimentado situaciones sumamente raras como por ejemplo el ascensor que se mueve sin que lo llamen, neblinas fantasmales dentro de las habitaciones, la sensación de ser observados, entre otras experiencias espeluznantes. Dentro de este horrible y siniestro hospital se han filmado muchas películas tales como The Machinist, La Monja, Ouija, Frágiles y Los sin nombres. El antiguo Hospital del Tórax de Terrassa es ahora una gran decorado audiovisual donde muchas productoras cinematográficas se encuentran trabajando actualmente.
domingo, 18 de marzo de 2012
MISTERIOSOS MENSAJES DE ULTRATUMBA...
Jack Froese murió repentinamente en junio de 2011 a los 32 años de edad de una arritmia del corazón, dejando tras de sí una serie de amigos y familiares en duelo.
Sin embargo, cinco meses después de su muerte, algunos de los que estaban más cerca de él comenzaron a recibir misteriosos mensajes de correo electrónico de su cuenta mencionando las conversaciones privadas que habían mantenido con él justo antes de su muerte.
La familia del hombre de Pennsylvania dicen que nadie tenía la contraseña de la cuenta y no creo que fue hackeado.
Uno de los destinatarios es su amigo de la infancia de Tim Hart, de Dunbar, quien dijo que habían sido amigos “inseparables” durante 17 años y justo hasta su muerte.
“Él era mi mano derecha y mejor amigo”, dijo el Sr. Hart a la BBC.
El Sr. Hart se sorprendió al recibir un mensaje del viejo amigo unos meses después de su trágica muerte.
“Una noche de noviembre, yo estaba sentado en mi sofá, pasando mis correos electrónicos en mi teléfono y que apareció,” remitente: Jack Froese”.
“Me volví un fantasma blanco cuando lo leí”, dijo a la BBC.
“Fue muy rápido y corto, pero a un punto que sólo Jack y yo podría relacionarlo.’
En el encabezamiento del mensaje se leen las palabras “estoy mirando”, y el correo electrónico, entonces fue a decir: ‘¿Me has oído? Yo estoy en tu casa. Limpie su f ***ing ático!”
El Sr. Hart, dijo que poco antes de la muerte del Sr Froese, los dos tuvieron una conversación en su ático, en el que su amigo se burlaba de él por el desorden y el polvo que tenia.
“Sólo él y yo estabamos arriba. Eso es todo-dijo el señor Hart.
El primo de Froese, Jimmy McGraw también dijo que recibió un correo electrónico póstumo de él acerca de una lesión de tobillo que sucedió después de su muerte.
El e-mail debe decir: «Oye, Jim, ¿Cómo te va? Yo sabía que te ibas a romper el tobillo, trate de advertirte. debes tener cuidado.”
Sr. McGraw dice que se había roto el tobillo una semana antes de recibir el correo electrónico en la noche del 21 de noviembre.
“Me gustaría decir que Jack lo envió, sólo porque yo lo veo como que se ha ido, pero todavía está tratando de conectarse conmigo”, dijo.
El correo electrónico también incluyó otro mensaje para un amigo, a quien ‘Jack’, dijo que no se pudo obtener “debido a que el ‘e-mail no funcionó”.
La fuente de los mensajes de correo electrónico sigue siendo un misterio para la familia del señor Froese y los amigos que dicen que “los aceptan como un regalo”.
El Sr. Hart dice: “Si alguien está bromeando, no me importa porque los tomo de la forma que yo quiero.”
El Sr. Hart ha respondido al correo electrónico, pero no ha recibido respuesta.
Los amigos dicen que no van a investigar el origen de los correos electrónicos muy de cerca, ya que prefieren ver los mensajes como bendiciones del señor Froese que como parte de una especie de broma.
La madre del señor Froese Patty dijo a la BBC: “Yo pensé que era fantástico, que eran geniales.
“Ellos hicieron a algunas personas felices, molestaron a otras – pero para mí, esto es mantener a la gente hablando de él.”
Hay servicios que prometen enviar correos electrónicos a sus amigos y familiares en el caso de la muerte de uno, lo que podría explicar el extraño fenómeno.
Sin embargo, la aparente especificidad del mensaje recibido por el Sr. McGraw puede descartar esta explicación.
Sin embargo, cinco meses después de su muerte, algunos de los que estaban más cerca de él comenzaron a recibir misteriosos mensajes de correo electrónico de su cuenta mencionando las conversaciones privadas que habían mantenido con él justo antes de su muerte.
La familia del hombre de Pennsylvania dicen que nadie tenía la contraseña de la cuenta y no creo que fue hackeado.
Uno de los destinatarios es su amigo de la infancia de Tim Hart, de Dunbar, quien dijo que habían sido amigos “inseparables” durante 17 años y justo hasta su muerte.
“Él era mi mano derecha y mejor amigo”, dijo el Sr. Hart a la BBC.
El Sr. Hart se sorprendió al recibir un mensaje del viejo amigo unos meses después de su trágica muerte.
“Una noche de noviembre, yo estaba sentado en mi sofá, pasando mis correos electrónicos en mi teléfono y que apareció,” remitente: Jack Froese”.
“Me volví un fantasma blanco cuando lo leí”, dijo a la BBC.
“Fue muy rápido y corto, pero a un punto que sólo Jack y yo podría relacionarlo.’
En el encabezamiento del mensaje se leen las palabras “estoy mirando”, y el correo electrónico, entonces fue a decir: ‘¿Me has oído? Yo estoy en tu casa. Limpie su f ***ing ático!”
El Sr. Hart, dijo que poco antes de la muerte del Sr Froese, los dos tuvieron una conversación en su ático, en el que su amigo se burlaba de él por el desorden y el polvo que tenia.
“Sólo él y yo estabamos arriba. Eso es todo-dijo el señor Hart.
El primo de Froese, Jimmy McGraw también dijo que recibió un correo electrónico póstumo de él acerca de una lesión de tobillo que sucedió después de su muerte.
El e-mail debe decir: «Oye, Jim, ¿Cómo te va? Yo sabía que te ibas a romper el tobillo, trate de advertirte. debes tener cuidado.”
Sr. McGraw dice que se había roto el tobillo una semana antes de recibir el correo electrónico en la noche del 21 de noviembre.
“Me gustaría decir que Jack lo envió, sólo porque yo lo veo como que se ha ido, pero todavía está tratando de conectarse conmigo”, dijo.
El correo electrónico también incluyó otro mensaje para un amigo, a quien ‘Jack’, dijo que no se pudo obtener “debido a que el ‘e-mail no funcionó”.
La fuente de los mensajes de correo electrónico sigue siendo un misterio para la familia del señor Froese y los amigos que dicen que “los aceptan como un regalo”.
El Sr. Hart dice: “Si alguien está bromeando, no me importa porque los tomo de la forma que yo quiero.”
El Sr. Hart ha respondido al correo electrónico, pero no ha recibido respuesta.
Los amigos dicen que no van a investigar el origen de los correos electrónicos muy de cerca, ya que prefieren ver los mensajes como bendiciones del señor Froese que como parte de una especie de broma.
La madre del señor Froese Patty dijo a la BBC: “Yo pensé que era fantástico, que eran geniales.
“Ellos hicieron a algunas personas felices, molestaron a otras – pero para mí, esto es mantener a la gente hablando de él.”
Hay servicios que prometen enviar correos electrónicos a sus amigos y familiares en el caso de la muerte de uno, lo que podría explicar el extraño fenómeno.
Sin embargo, la aparente especificidad del mensaje recibido por el Sr. McGraw puede descartar esta explicación.
lunes, 12 de marzo de 2012
LA INVITACION
Resulta que en una ocasión venía un muchacho por un camino de terracería muy contento porque se iba a casar, alegre, invitando a cuanta persona veía en el camino a su casa... En una de estas vio lo que parecia una piedra o pelota en el camino y de tan gustoso que iba la pateó y le dijo: "te invito a mi boda". Después se fijó y miró (vio) que lo que había pateado era un cráneo.
Él pues no le tomó importancia. Al cabo de unos días él se casa y organiza una súper fiesta, de pronto alguien llamó a la puerta. Era un tipo bien vestido, más bien parecido a un cacique, educado, algo inusual por aquellos rumbos, y le dice al encargado de la puerta "déjame entrar". Él desconcertado le pregunta que quién es. El tipo le dice "Háblale al novio, él me conoce"...
Le hablan al novio y le dicen que en la entrada lo busca una persona. El novio al verlo le dice "¿Usted quién es? No creo conocerlo, por favor retírese"... El tipo le dice "¡¡Claro que me conoces!! La otra vez me invitaste a tu boda ¿no recuerdas? ¿no recuerdas que hasta me pateaste?"
El novio no lo podía creer y cuentan que después de eso se volvió algo loco y jamás volvió a jugar con la muerte.
Él pues no le tomó importancia. Al cabo de unos días él se casa y organiza una súper fiesta, de pronto alguien llamó a la puerta. Era un tipo bien vestido, más bien parecido a un cacique, educado, algo inusual por aquellos rumbos, y le dice al encargado de la puerta "déjame entrar". Él desconcertado le pregunta que quién es. El tipo le dice "Háblale al novio, él me conoce"...
Le hablan al novio y le dicen que en la entrada lo busca una persona. El novio al verlo le dice "¿Usted quién es? No creo conocerlo, por favor retírese"... El tipo le dice "¡¡Claro que me conoces!! La otra vez me invitaste a tu boda ¿no recuerdas? ¿no recuerdas que hasta me pateaste?"
El novio no lo podía creer y cuentan que después de eso se volvió algo loco y jamás volvió a jugar con la muerte.
LA BODA MACABRA
En la la ciudad donde vivo existe una casa muy grande pero actualmente deshabitada, bueno ahora la llaman "casa embrujada o encantada". Su historia empieza por los años 1930; esta casa pertenecía a unos hacendados muy ricos, eran dueños de la mayor parte de las tierras y tenían una única hija. Por ahí también existía otra familia de igual condición económica; ellos tenían tres hijos, pero el mayor era de la misma edad de la hija de la otra familia. Resulta que los dos se enamoraron y decidieron casarse. Los padres, contentos por la unión de sus hijos ya que a ambos les convenía este matrimonio.
Fue así que en el día de la boda todo salió muy bonito en la iglesia, y después pasaron a la casa de la novia para la respectiva recepción. Todos los invitados se encontraban en el salón del primer piso donde era la fiesta. La novia subió a su cuarto a cambiarse de ropa; después de un tiempo, la madre de la novia se dio cuenta que su hija no bajaba y ya había pasado bastante rato. Acompañada de la madre del novio subieron a ver por qué se demoraba cuando estaban caminando por el pasillo encontraron una pierna humana ensangrentada. Las señoras gritaron, entonces subieron sus esposos y algunas personas más, que al ver la escena igual se sintieron atemorizados pero decidieron ir al dormitorio. Un poco mas allá encontraron un brazo y conforme avanzaban veían algún pedazo humano. Llegaron al cuarto de la chica y ahí encontraron su cabeza encima de la cama.
Todos se aterrorizaron por el macabro hallazgo pero de pronto escucharon un grito que provenía del jardín. Bajaron inmediatamente y se encontraron con la empleada que gritaba a más no poder ya que en un árbol estaba ahorcado el novio, pero le faltaban las dos manos. Los invitados empezaron a correr hacia la salida asustados, los padres consternados llamaron a la policía.
Se investigó el hecho pero no se encontraban culpables, todos los invitados eran interrogados pero nadie decía nada. Pasados ocho días se realizó una misa para los difuntos, y en medio de la misa llegó un joven (empleado de una de las familias) con una caja con una nota que decía "abrir inmediatamente". El padre del chico abrió la caja y cuál fue su sorpresa o miedo ya que dentro estaban las dos manos del chico y debajo un papel que decía "la unión de los dos era prohibida, sólo hice lo que debía hacer".
Preguntaron al joven quién le entregó la caja, él dijo que había llegado por correo a la casa y como era urgente se lo llevó a la iglesia. Después los padres empezaron a tener pesadillas donde veían caras deformadas y les decían que se fueran lejos, que olvidaran lo que pasó. Cansados por esto decidieron ir a la policía para que dejaran de investigar y como era gente influyente hicieron que nadie más hablara del caso.
Varias personas dijeron que quien mató a los jóvenes fueron sus enemigos ya que tenían varios, otros que fue un joven enamorado de la chica quien era muy coqueta pero nadie le importaba realmente y no faltó quien dijera que fue el demonio ya que para tener tanto dinero habián hecho un pacto con el diablo. Sea como fuere ahora dicen que se escuchan gritos en la casa, ruidos y si entras puedes ver a una novia gritando e implorando por su vida a una sombra negra que tiene una hoz.
Fue así que en el día de la boda todo salió muy bonito en la iglesia, y después pasaron a la casa de la novia para la respectiva recepción. Todos los invitados se encontraban en el salón del primer piso donde era la fiesta. La novia subió a su cuarto a cambiarse de ropa; después de un tiempo, la madre de la novia se dio cuenta que su hija no bajaba y ya había pasado bastante rato. Acompañada de la madre del novio subieron a ver por qué se demoraba cuando estaban caminando por el pasillo encontraron una pierna humana ensangrentada. Las señoras gritaron, entonces subieron sus esposos y algunas personas más, que al ver la escena igual se sintieron atemorizados pero decidieron ir al dormitorio. Un poco mas allá encontraron un brazo y conforme avanzaban veían algún pedazo humano. Llegaron al cuarto de la chica y ahí encontraron su cabeza encima de la cama.
Todos se aterrorizaron por el macabro hallazgo pero de pronto escucharon un grito que provenía del jardín. Bajaron inmediatamente y se encontraron con la empleada que gritaba a más no poder ya que en un árbol estaba ahorcado el novio, pero le faltaban las dos manos. Los invitados empezaron a correr hacia la salida asustados, los padres consternados llamaron a la policía.
Se investigó el hecho pero no se encontraban culpables, todos los invitados eran interrogados pero nadie decía nada. Pasados ocho días se realizó una misa para los difuntos, y en medio de la misa llegó un joven (empleado de una de las familias) con una caja con una nota que decía "abrir inmediatamente". El padre del chico abrió la caja y cuál fue su sorpresa o miedo ya que dentro estaban las dos manos del chico y debajo un papel que decía "la unión de los dos era prohibida, sólo hice lo que debía hacer".
Preguntaron al joven quién le entregó la caja, él dijo que había llegado por correo a la casa y como era urgente se lo llevó a la iglesia. Después los padres empezaron a tener pesadillas donde veían caras deformadas y les decían que se fueran lejos, que olvidaran lo que pasó. Cansados por esto decidieron ir a la policía para que dejaran de investigar y como era gente influyente hicieron que nadie más hablara del caso.
Varias personas dijeron que quien mató a los jóvenes fueron sus enemigos ya que tenían varios, otros que fue un joven enamorado de la chica quien era muy coqueta pero nadie le importaba realmente y no faltó quien dijera que fue el demonio ya que para tener tanto dinero habián hecho un pacto con el diablo. Sea como fuere ahora dicen que se escuchan gritos en la casa, ruidos y si entras puedes ver a una novia gritando e implorando por su vida a una sombra negra que tiene una hoz.
LA CAPILLA EMBRUJADA
La hacienda del señor Barrera estaba al pie del cerro Panaga, cerca de la Unidad Vecinal. Sólo tenía una pocas reses que pastaban en el pequeño prado. Al cuidado de ellas estaba un muchacho de unos once años de nombre Angelito. Era alto, delgado, de tez curtida por el sol, ojos y cabellos castaños y expresión simpática. Mientras pastaban el ganado tallaba figuras en madera con una pequeña navaja o tocaba la flauta.
Una tarde pastoreando las reses se acercaron a una capilla de aspecto lúgubre, que los vecinos llaman la capilla Embrujada. Angelito recordó lo que habían dicho de ella:
¡Espantan de día y de noche!.
¡Si pasas cerca no entres!..
¡Huye del lugar, la capilla esta embrujada!.
A pesar de todo se acercó a la capilla movido por la curiosidad. Entró del todo y se acercó a la capilla movido por la curiosidad.
Entró muy despacio, miró todo lo que había en su interior y .....
- ¡¡¡Auxilio!!!.
Los desgarradores gritos de Angelito resonaron en todos los contornos del cerro de Panaga. El ganado corrió espantado hasta la hacienda. La tarde quedó en silencio. De la hacienda de los alrededores corría la gente aterrorizada. Algunos cautelosos se acercaron a la capilla y no vieron nada. Nadie pudo explicarse la misteriosa desaparición del niño. Ha pasado mucho tiempo y aún no lo han encontrado. Su familia le lleva flores.
La gente del lugar cambia de ruta para no pasar por delante de la capilla y nadie se atreve a transitar de allí. Es una capilla solitaria y tétrica, su aspecto sobrecoge. Solamente los que no conocen la historia de Angelito pasan tranquilos por el lugar.
Nos cuentan los vecinos que a veces en altas horas de la madrugada se despiertan espantados por los ruidos extraños que salen de la capilla, acompañados de gritos desgarradores, y el llanto de un niño.
Una tarde pastoreando las reses se acercaron a una capilla de aspecto lúgubre, que los vecinos llaman la capilla Embrujada. Angelito recordó lo que habían dicho de ella:
¡Espantan de día y de noche!.
¡Si pasas cerca no entres!..
¡Huye del lugar, la capilla esta embrujada!.
A pesar de todo se acercó a la capilla movido por la curiosidad. Entró del todo y se acercó a la capilla movido por la curiosidad.
Entró muy despacio, miró todo lo que había en su interior y .....
- ¡¡¡Auxilio!!!.
Los desgarradores gritos de Angelito resonaron en todos los contornos del cerro de Panaga. El ganado corrió espantado hasta la hacienda. La tarde quedó en silencio. De la hacienda de los alrededores corría la gente aterrorizada. Algunos cautelosos se acercaron a la capilla y no vieron nada. Nadie pudo explicarse la misteriosa desaparición del niño. Ha pasado mucho tiempo y aún no lo han encontrado. Su familia le lleva flores.
La gente del lugar cambia de ruta para no pasar por delante de la capilla y nadie se atreve a transitar de allí. Es una capilla solitaria y tétrica, su aspecto sobrecoge. Solamente los que no conocen la historia de Angelito pasan tranquilos por el lugar.
Nos cuentan los vecinos que a veces en altas horas de la madrugada se despiertan espantados por los ruidos extraños que salen de la capilla, acompañados de gritos desgarradores, y el llanto de un niño.
EL LADRON DEL CEMENTERIO
Me contó que hace tiempo, en la época de la colonia había una ancianita que vivía sola en una gran casona, la cual parecía que se iba a caer. La ancianita, que no tenía a ningún ser querido que la cuidara, murió y en su última voluntad pidió que se le enterrara con todas sus joyas y pertenencias ya que no tenía a nadie que se las heredara. Así se cumplió a la señora: fue enterrada con sus cosas.
Pasaron algunos años y unos cuidadores del cementerio que eran nuevos se enteraron del tesoro con el que la señora había sido enterrada, así que decidieron sacar las cosas de valor que tuviera ahí dentro.
Así, a media noche, ellos comenzaron a profanar la tumba de la cual sacaron las joyas que pudieron, pero a uno de los hombres le llamó la atención un anillo que el cadáver llevaba en uno de sus dedos.
Éste, al tratar de quitárselo - no podía puesto que el anillo se había atorado-, al no poder sacarlo, el hombre utilizó la pala que llevaba para cortar el dedo.
Pasó el tiempo y un día que ambos hombres estaban haciendo su ronda por el cementerio vieron a una señora sobre una tumba, ambos pensaron que era alguien que fue a visitar a sus muertos, ambos se le acercaron y le pidieron que saliera del cementerio, que ya no eran horas de visita.
La señora no les hizo caso y siguió arrodillada. Ambos sujetos se molestaron y la sujetaron del brazo para sacarla.
Uno de ellos se dio cuenta que a la mano de la señora le faltaba un dedo, uno de ellos le preguntó qué le había pasado y le contestó, pero al comenzar a hablar el velo que llevaba puesto se le cayó dejando ver su rostro, el cual era el de la señora que estaba en la tumba que habían saqueado... y volteó su rostro hacia el hombre que le había arrancado el dedo por el anillo que llevaba.
El otro hombre salió corriendo con todas sus fuerzas pero el del anillo por más que corría, la señora no le dejaba ir y ésta comenzó a desaparecer, pero el hombre que le quitó el anillo murió de un infarto.
Al día siguiente encontraron el cuerpo junto a la tumba de la señora sin un dedo y con una expresión de terror y el cabello blanco del miedo que experimentó.
Pasaron algunos años y unos cuidadores del cementerio que eran nuevos se enteraron del tesoro con el que la señora había sido enterrada, así que decidieron sacar las cosas de valor que tuviera ahí dentro.
Así, a media noche, ellos comenzaron a profanar la tumba de la cual sacaron las joyas que pudieron, pero a uno de los hombres le llamó la atención un anillo que el cadáver llevaba en uno de sus dedos.
Éste, al tratar de quitárselo - no podía puesto que el anillo se había atorado-, al no poder sacarlo, el hombre utilizó la pala que llevaba para cortar el dedo.
Pasó el tiempo y un día que ambos hombres estaban haciendo su ronda por el cementerio vieron a una señora sobre una tumba, ambos pensaron que era alguien que fue a visitar a sus muertos, ambos se le acercaron y le pidieron que saliera del cementerio, que ya no eran horas de visita.
La señora no les hizo caso y siguió arrodillada. Ambos sujetos se molestaron y la sujetaron del brazo para sacarla.
Uno de ellos se dio cuenta que a la mano de la señora le faltaba un dedo, uno de ellos le preguntó qué le había pasado y le contestó, pero al comenzar a hablar el velo que llevaba puesto se le cayó dejando ver su rostro, el cual era el de la señora que estaba en la tumba que habían saqueado... y volteó su rostro hacia el hombre que le había arrancado el dedo por el anillo que llevaba.
El otro hombre salió corriendo con todas sus fuerzas pero el del anillo por más que corría, la señora no le dejaba ir y ésta comenzó a desaparecer, pero el hombre que le quitó el anillo murió de un infarto.
Al día siguiente encontraron el cuerpo junto a la tumba de la señora sin un dedo y con una expresión de terror y el cabello blanco del miedo que experimentó.
LA NIÑA DE LAS IGLESIAS
Siendo una noche como todas, pero en especial, ésta era una noche un poco más fría, más obscura, cerca de la 1 de la madrugada, un taxista regresaba a su casa después de todo un día de arduo trabajo, en la calle ya no había ni alma de gente, pero al pasar frente al cementerio general de la ciudad se percató que una chica le hacía la parada, éste se siguió pensando que ya estaba muy cansado y que era muy tarde para hacer otra dejada.
Sin embargo reflexionó y pensando en su sobrina de 17 años que fué violada y asesinada 3 años atrás, dijo, "pobre chica, no la puedo dejar ahí expuesta a no se qué miserable".
Retrocedió su taxi y llegó hasta ella, tenía aproximadamente entre 18 - 19 años. Al contemplar su rostro, el taxista sintió un frío intenso y cierto sobresalto, al que no le dió importancia, pues la niña era dueña de un rostro angelical, inspiraba pureza, de piel blanca, muy blanca, cabello sumamente largo, era delgada, facciones finas, con unos ojos grandes, azules, pero infinitamente tristes, tenía un vestido blanco, de encaje, y en su cuello colgaba un relicario bellísimo de oro, que se veía de época.
El taxista acongojado le preguntó adónde la dejaba, y le dijo que quería que la llevara a visitar 7 iglesias de la ciudad, las que él quisiera, su voz era suave, muy triste, pero dejaba notar un timbre muy extraño, que le dejó una sensación de miedo y misterio.
Para no hacerla larga, el taxista la llevó a cada una de las siete iglesias sin replicar, en cada una pasaba cerca de 3 minutos y salía con una expresión de serenidad, de tranquilidad, pero sin abandonar de sus ojos esa mirada de infinita tristeza.
Al final del paseo, ella le pidió un favor. "Discúlpeme si he abusado mucho de su bondad, mi nombre es Alicia, no tengo dinero para pagarle ahora, sin embargo le dejaré éste relicario, y podría hacerme un último favor? Vaya a la colonia Jazmines ahí vive mi padre, entréguele mi relicario y pídale que le pague su servicio, ah, y dígale que lo quiero y que no se olvide de mí. Déjeme donde me recogió por favor."
El taxista se sintió como en un trance, en donde actuaba automáticamente a la petición de la chica, y la dejó ahí, frente al cementerio. El hombre se fue a su casa, se sentía mareado, le dolía intensamente la cabeza, y su cuerpo le ardía por la fiebre que empezaba a tener, su esposa lo atendió de ese repentino mal, duró así casi 3 días.
Cuando al fín pudo reaccionar y se sintió mejor, recordó su última noche en el taxi, recordó a la niña angelical de las iglesias, y recordó su última petición, que le hizo sentir un escalofrío intenso que hizo que se simbrara de pies a cabeza, aunque él no comprendía nada, pensó "que raro fue todo, seguro se fue de su casa, o tiene problemas, pero, ¿por qué en el cementerio? ¿quién era?, ¡¡El relicario!!", sí ahí estaba, sobre su mesita de cama, el relicario de Alicia, que ahora tenía restos de tierra.
Se paró como un resorte, tomó su taxi y fue a la dirección que le diera la chica, pero no con la intención de cobrar, sino de descubrir, conocer, aclarar la verdad detrás de ese misterio que le inquietaba, que le estremecía, que no quería ni pensar.
Tocó, era una casa grande, estilo colonial, vieja, entonces abrió un hombre, de edad avanzada, alto, de aspecto extranjero, con unos ojos, si los ojos de Alicia, así de tristes. El taxista le dijo "Disculpe señor, vengo de parte de su hija Alicia, ella solicitó mis servicios, me pidió que la llevara a visitar siete iglesias, así lo hice y me dejó su relicario como penda para que usted me pagara". El hombre al ver la joya rompió en llanto incontrolable, hizo pasar al taxista y le mostró un retrato, el de Alicia, idéntica a la de hace 3 noches.
¿Es ella mi Alicia?, le dijo el hombre, "Sí ella, con ese mismo vestido".
"No puede ser, hace tres noches cumplió 7 años de muerta, murió en un accidente automovilístico, y este relicario que le dió fue enterrado con ella, y ese mismo vestido, su favorito... hija, perdón, debí hacerte una misa, debí haberme acordado de tí, debí...."
El hombre lloró como un niño, lloró y lloró, el taxista estaba pálido, pasmado de la impresión,"había convivido con una muerta" eso lo explicaba todo.
Volviendo de su estupor, le dijo al padre de Alicia, "señor, yo la ví, yo hablé y conviví con ella, me dijo que lo amaba, que lo amaba mucho, y que no se volviera a olvidar de ella, creo que eso le dolió mucho".
Se dice que el padre de Alicia recompensó al taxista, le regaló toda una flotilla de taxis para que iniciara un negocio, todo en agradecimiento por haber ayudado a su niña adorada a visitar las iglesias en su aniversario fúnebre.
Sin embargo reflexionó y pensando en su sobrina de 17 años que fué violada y asesinada 3 años atrás, dijo, "pobre chica, no la puedo dejar ahí expuesta a no se qué miserable".
Retrocedió su taxi y llegó hasta ella, tenía aproximadamente entre 18 - 19 años. Al contemplar su rostro, el taxista sintió un frío intenso y cierto sobresalto, al que no le dió importancia, pues la niña era dueña de un rostro angelical, inspiraba pureza, de piel blanca, muy blanca, cabello sumamente largo, era delgada, facciones finas, con unos ojos grandes, azules, pero infinitamente tristes, tenía un vestido blanco, de encaje, y en su cuello colgaba un relicario bellísimo de oro, que se veía de época.
El taxista acongojado le preguntó adónde la dejaba, y le dijo que quería que la llevara a visitar 7 iglesias de la ciudad, las que él quisiera, su voz era suave, muy triste, pero dejaba notar un timbre muy extraño, que le dejó una sensación de miedo y misterio.
Para no hacerla larga, el taxista la llevó a cada una de las siete iglesias sin replicar, en cada una pasaba cerca de 3 minutos y salía con una expresión de serenidad, de tranquilidad, pero sin abandonar de sus ojos esa mirada de infinita tristeza.
Al final del paseo, ella le pidió un favor. "Discúlpeme si he abusado mucho de su bondad, mi nombre es Alicia, no tengo dinero para pagarle ahora, sin embargo le dejaré éste relicario, y podría hacerme un último favor? Vaya a la colonia Jazmines ahí vive mi padre, entréguele mi relicario y pídale que le pague su servicio, ah, y dígale que lo quiero y que no se olvide de mí. Déjeme donde me recogió por favor."
El taxista se sintió como en un trance, en donde actuaba automáticamente a la petición de la chica, y la dejó ahí, frente al cementerio. El hombre se fue a su casa, se sentía mareado, le dolía intensamente la cabeza, y su cuerpo le ardía por la fiebre que empezaba a tener, su esposa lo atendió de ese repentino mal, duró así casi 3 días.
Cuando al fín pudo reaccionar y se sintió mejor, recordó su última noche en el taxi, recordó a la niña angelical de las iglesias, y recordó su última petición, que le hizo sentir un escalofrío intenso que hizo que se simbrara de pies a cabeza, aunque él no comprendía nada, pensó "que raro fue todo, seguro se fue de su casa, o tiene problemas, pero, ¿por qué en el cementerio? ¿quién era?, ¡¡El relicario!!", sí ahí estaba, sobre su mesita de cama, el relicario de Alicia, que ahora tenía restos de tierra.
Se paró como un resorte, tomó su taxi y fue a la dirección que le diera la chica, pero no con la intención de cobrar, sino de descubrir, conocer, aclarar la verdad detrás de ese misterio que le inquietaba, que le estremecía, que no quería ni pensar.
Tocó, era una casa grande, estilo colonial, vieja, entonces abrió un hombre, de edad avanzada, alto, de aspecto extranjero, con unos ojos, si los ojos de Alicia, así de tristes. El taxista le dijo "Disculpe señor, vengo de parte de su hija Alicia, ella solicitó mis servicios, me pidió que la llevara a visitar siete iglesias, así lo hice y me dejó su relicario como penda para que usted me pagara". El hombre al ver la joya rompió en llanto incontrolable, hizo pasar al taxista y le mostró un retrato, el de Alicia, idéntica a la de hace 3 noches.
¿Es ella mi Alicia?, le dijo el hombre, "Sí ella, con ese mismo vestido".
"No puede ser, hace tres noches cumplió 7 años de muerta, murió en un accidente automovilístico, y este relicario que le dió fue enterrado con ella, y ese mismo vestido, su favorito... hija, perdón, debí hacerte una misa, debí haberme acordado de tí, debí...."
El hombre lloró como un niño, lloró y lloró, el taxista estaba pálido, pasmado de la impresión,"había convivido con una muerta" eso lo explicaba todo.
Volviendo de su estupor, le dijo al padre de Alicia, "señor, yo la ví, yo hablé y conviví con ella, me dijo que lo amaba, que lo amaba mucho, y que no se volviera a olvidar de ella, creo que eso le dolió mucho".
Se dice que el padre de Alicia recompensó al taxista, le regaló toda una flotilla de taxis para que iniciara un negocio, todo en agradecimiento por haber ayudado a su niña adorada a visitar las iglesias en su aniversario fúnebre.
EL COLECTIVERO
Una noche en Rosario (provincia Argentina), enfrente del cementerio "El Salvador", un colectivero (chofer de ómnibus) de la línea "114" iba conduciendo de noche medio dormido,ya que la noche anterior no pudo domir bien debido a las repetidas discuciones con su esposa . De pronto, de un segundo a otro, una mujer se le cruza velozmente por delante. Sin tener demasiado tiempo para maniobrar, y por la mala respuesta de sus reflejos, LA ATROPELLA.
El colectivero, shockeado y asustado por su primer atropello, miro para todos lados para ver si habia algun testigo. No habia nadie, entonces aparto el cadaver a un costado de la ruta, y siguio como si nada. El colectivo estaba vacio ya que eran altas horas de la noche, y nadie mas subio, ya que conducio a toda velocidad y no paro en ninguna de las paradas habituales. Cuando el alivio empezo a sentirse, ya que estaba por llegar a la central, miro por el espejo retrovisorio, pero........vio una figura. La chica a la cual habia atropellado se encontraba sentada en el ultimo asiento, llorando desconsoladamente y mirandolo fijo con odio.
El colectivo jamas llego a la central, jamas se encontro...al igual que su chofer.
EL FRANCES
Si visita el poblado de Epatlan, Puebla, y pregunta por el Frances, la mayoría de la gente le dirá que no sabe nada, y lo dirán sinceramente. Sin embargo, con los más viejos, notará siempre nerviosismo y cambiarán de inmediato de tema. Muchos de ellos lo conocen, pero tienen sobradas razones para no hablar de él. Es gracias al francés, que en Epatlan la gente no le teme tanto a la muerte como en otros lugares.
Si tiene suerte –aunque suerte no es precisamente la palabra puede llegar a verlo en le calle. La piel de los brazos esta terriblemente quemada, su cuello ladeado de una forma casi imposible. Es delgado y terriblemente viejo, lo cual es notorio en su lentísimo andar, ayudado con un elegante baston con pomo de oro, y que lleva el escudo de armas del ejercito napoleónico, que apenas puede sostener entre sus nudosas manos. Viste con harapos, y se le oye respirar pesadamente, como si el dar algunos pasos le fuese agotador, y de vez en cuando escupe una masa sanguinolienta.
Los ancianos que lo ven, se persignan apresuradamente, y muchas son las ancianas quienes piadosamente y con la mejor buena voluntad del mundo, le desean una pronta muerte.
De creer lo poco que sabemos de él, llego como un joven impetuoso y gallardo a tierras mexicanas, bajo las ordenes de Lorenzes, en 1862. Fue en Veracruz donde se escucho por primera vez del brujo del puerto, que se decía era tan poderoso, que podía hacer a la gente inmortal. Empujado por ese deseo, se dio a la tarea de buscarlo, hasta que dio con su cabaña. Como buen soldado conquistador, su postura no fue humilde. Pistola en mano, le puso el cañon en la frente, exigiéndole que le diera el secreto si no quería pagarlo con su vida. Aunque amenazado, el viejo sonrió, enseñándole sus tres únicos dientes.
“Yo puedo hacerlo, pero debes entender que no va haber vuelta atrás”
Aquí la historia se vuelve algo confusa. Nadie sabe exactamente en que consistió el rito, o que fue lo que paso, pero el hombre salió de ahí convencido de que había alcanzado la inmortalidad. Eso le dio un valor en combate que alarmó incluso a sus compañeros, que lo veian lanzarse al frente sin el menor cuidado. Pero fue hasta Puebla, que las cosas cambiaron. Todos sus compañeros de regimiento lo vieron: el indígena Zacapoaxtla tomó el machete y se lo hundió en el pecho, destrozándoselo por completo. El soldado fue llevado de urgencia con el medico, que prácticamente solo esperaba verlo morir… Pero en vez de ello, pudo contemplarlo como gritaba de agonía, resistiendo los dolores, mientras el corazón latía dificultosamente a pesar de estar abierto, y el aire silbaba claramente al atravesar los dañados pulmones.
Sus compañeros estaban aterrorizados, y más de uno mencionó al demonio al ver al hombre sanar muy lentamente, pero con todo el dolor que significaba.
A pesar de su recuperación, el pecho le dolia tremendamente y tenia dificultades para respirar, por lo que se le dio de baja por motivos de salud. Se instaló en una pequeña villa en la ciudad de Puebla, y se las ingenio para permanecer ahí incluso después de que los ejércitos fueron expulsados del país. El pecho aún le dolia de vez en cuando, pero la sensación era menos cada dia, por lo cual el casi juraba que se sentiría mejor.
Cuando llego a Mexico, el soldado apenas estaba en la mitad de sus veintes, por lo que, según avanzaba el tiempo, se le veía más y más preocupado. Al cumplir los treintas, se veía de esa edad, lo que significaba que seguía envejeciendo. La experiencia del machete le dio la seguridad de su inmortalidad, por lo que su primera idea es que seguiría cambiando hasta llegar al limite de su fuerza, en donde eventualmente se detendría.
El hombre comenzó a hacerse de negocios, e incluso se caso bien. Al llegar a los cuarenta, comenzó a ver las primeras canas, y su resistencia física, a pesar de llevar un vida militar, iba disminuyendo lentamente. Fue al llegar al fin de siglo, que se dio cuenta: estaba por llegar a los sesenta años, y los aparentaba perfectamente. Fue en una mañana de 1901 cuando cayo en cuenta. El brujo hablo de hacerlo inmortal, pero no se menciono nada sobre la eterna juventud.
En 1905 contrajo tuberculosis, seguramente por el mal estado de los pulmones. La tos era terrible, y en varias ocasiones llegó a escupir sangre. Los médicos que lo examinaron, no le dieron más que unos cinco años de vida. Desafortunadamente, ignoraban lo que le destino le tenía preparado. Cuando tuvo que salir de la ciudad, en 1910, para refugiarse en Campeche, no podía caminar un par de pasos sin sentir que se quemaba por dentro.
Para 1912, cumplia los 86 años, y fue cuando comenzaron a presentarse los síntomas de artritis. Es cuando vuelve a Puebla, a preparar su testamento, y compra una hacienda en Epatlan, donde se retiraría definitivamente. El dolor de las articulaciones era insoportable, y su dificultoso respirar resultaba horrible para quienes lo escuchaban. Pues incluso a cierta distancia se escuchaba el sibilante paso del aire entre los perforados pulmones.
Su esposa, mucho mas joven que el, murió en 1921, y dado que sus hijos de fueron a vivir a la Ciudad de Mexico, el se quedo completamente solo. El tendría a la sazon poco mas de 100 años. E incluso el menor esfuerzo le era imposible. Desesperado, decidió atar una cuerda a una de las vigas del techo, y saltar con ella al cuello del borde de su cama. Lo encontraron dos días después, aun pataleando y con el cuello roto. Dado que lo bajaron aun con vida, sus vecinos creyeron que el intento había sido reciente, por lo que ignoraron lo que era permanecer dos días colgando del techo y con una fractura de cuello, sin poder respirar…pero sin poder morir.
Los médicos estaban desconcertados, pero hicieron lo posible por mantener el cuello alineado, hasta que se recupero tras dos años de estar inmovilizado, pues con mas de 100 años el cuerpo de restablece con mas lentitud. Fue en 1945 cuando su desesperación llego al límite, y prendió fuego a su hacienda. La gente llegó sólo para ver como las paredes se derribaban presa de las llamas, y cuando el fuego se apagó nadie reparó en el amasijo de piel calcinada que se arrastraba trabajosamente fuera de los escombros. La piel le ardia terriblemente, y el minimo roce le causaba un tremendo dolor, pero no murió.
Fue hasta 1977 que sus heridas se recuperaron los suficiente como para volver a Epatlan, ahora como un mendigo. Los 30 años de ayuno lo tenían en los huesos, y tenia que arrastrarse para moverse. Unas tortillas duras que una buena samaritana le dio constituyo su primera comida desde hacia 3 decadas.
Actualmente, nadie sabe donde vive, y sólo se le ve mendigar en las calles de vez en cuando. Nadie recuerda su nombre, quizá ni siquiera el, y las quemadas y los andrajos no permiten identificarlo. Solo un elemento hace posible reconocerlo: el baston que se le obsequiara cuando fue dado de baja con honores, hace ya 140 años.
Si tiene suerte –aunque suerte no es precisamente la palabra puede llegar a verlo en le calle. La piel de los brazos esta terriblemente quemada, su cuello ladeado de una forma casi imposible. Es delgado y terriblemente viejo, lo cual es notorio en su lentísimo andar, ayudado con un elegante baston con pomo de oro, y que lleva el escudo de armas del ejercito napoleónico, que apenas puede sostener entre sus nudosas manos. Viste con harapos, y se le oye respirar pesadamente, como si el dar algunos pasos le fuese agotador, y de vez en cuando escupe una masa sanguinolienta.
Los ancianos que lo ven, se persignan apresuradamente, y muchas son las ancianas quienes piadosamente y con la mejor buena voluntad del mundo, le desean una pronta muerte.
De creer lo poco que sabemos de él, llego como un joven impetuoso y gallardo a tierras mexicanas, bajo las ordenes de Lorenzes, en 1862. Fue en Veracruz donde se escucho por primera vez del brujo del puerto, que se decía era tan poderoso, que podía hacer a la gente inmortal. Empujado por ese deseo, se dio a la tarea de buscarlo, hasta que dio con su cabaña. Como buen soldado conquistador, su postura no fue humilde. Pistola en mano, le puso el cañon en la frente, exigiéndole que le diera el secreto si no quería pagarlo con su vida. Aunque amenazado, el viejo sonrió, enseñándole sus tres únicos dientes.
“Yo puedo hacerlo, pero debes entender que no va haber vuelta atrás”
Aquí la historia se vuelve algo confusa. Nadie sabe exactamente en que consistió el rito, o que fue lo que paso, pero el hombre salió de ahí convencido de que había alcanzado la inmortalidad. Eso le dio un valor en combate que alarmó incluso a sus compañeros, que lo veian lanzarse al frente sin el menor cuidado. Pero fue hasta Puebla, que las cosas cambiaron. Todos sus compañeros de regimiento lo vieron: el indígena Zacapoaxtla tomó el machete y se lo hundió en el pecho, destrozándoselo por completo. El soldado fue llevado de urgencia con el medico, que prácticamente solo esperaba verlo morir… Pero en vez de ello, pudo contemplarlo como gritaba de agonía, resistiendo los dolores, mientras el corazón latía dificultosamente a pesar de estar abierto, y el aire silbaba claramente al atravesar los dañados pulmones.
Sus compañeros estaban aterrorizados, y más de uno mencionó al demonio al ver al hombre sanar muy lentamente, pero con todo el dolor que significaba.
A pesar de su recuperación, el pecho le dolia tremendamente y tenia dificultades para respirar, por lo que se le dio de baja por motivos de salud. Se instaló en una pequeña villa en la ciudad de Puebla, y se las ingenio para permanecer ahí incluso después de que los ejércitos fueron expulsados del país. El pecho aún le dolia de vez en cuando, pero la sensación era menos cada dia, por lo cual el casi juraba que se sentiría mejor.
Cuando llego a Mexico, el soldado apenas estaba en la mitad de sus veintes, por lo que, según avanzaba el tiempo, se le veía más y más preocupado. Al cumplir los treintas, se veía de esa edad, lo que significaba que seguía envejeciendo. La experiencia del machete le dio la seguridad de su inmortalidad, por lo que su primera idea es que seguiría cambiando hasta llegar al limite de su fuerza, en donde eventualmente se detendría.
El hombre comenzó a hacerse de negocios, e incluso se caso bien. Al llegar a los cuarenta, comenzó a ver las primeras canas, y su resistencia física, a pesar de llevar un vida militar, iba disminuyendo lentamente. Fue al llegar al fin de siglo, que se dio cuenta: estaba por llegar a los sesenta años, y los aparentaba perfectamente. Fue en una mañana de 1901 cuando cayo en cuenta. El brujo hablo de hacerlo inmortal, pero no se menciono nada sobre la eterna juventud.
En 1905 contrajo tuberculosis, seguramente por el mal estado de los pulmones. La tos era terrible, y en varias ocasiones llegó a escupir sangre. Los médicos que lo examinaron, no le dieron más que unos cinco años de vida. Desafortunadamente, ignoraban lo que le destino le tenía preparado. Cuando tuvo que salir de la ciudad, en 1910, para refugiarse en Campeche, no podía caminar un par de pasos sin sentir que se quemaba por dentro.
Para 1912, cumplia los 86 años, y fue cuando comenzaron a presentarse los síntomas de artritis. Es cuando vuelve a Puebla, a preparar su testamento, y compra una hacienda en Epatlan, donde se retiraría definitivamente. El dolor de las articulaciones era insoportable, y su dificultoso respirar resultaba horrible para quienes lo escuchaban. Pues incluso a cierta distancia se escuchaba el sibilante paso del aire entre los perforados pulmones.
Su esposa, mucho mas joven que el, murió en 1921, y dado que sus hijos de fueron a vivir a la Ciudad de Mexico, el se quedo completamente solo. El tendría a la sazon poco mas de 100 años. E incluso el menor esfuerzo le era imposible. Desesperado, decidió atar una cuerda a una de las vigas del techo, y saltar con ella al cuello del borde de su cama. Lo encontraron dos días después, aun pataleando y con el cuello roto. Dado que lo bajaron aun con vida, sus vecinos creyeron que el intento había sido reciente, por lo que ignoraron lo que era permanecer dos días colgando del techo y con una fractura de cuello, sin poder respirar…pero sin poder morir.
Los médicos estaban desconcertados, pero hicieron lo posible por mantener el cuello alineado, hasta que se recupero tras dos años de estar inmovilizado, pues con mas de 100 años el cuerpo de restablece con mas lentitud. Fue en 1945 cuando su desesperación llego al límite, y prendió fuego a su hacienda. La gente llegó sólo para ver como las paredes se derribaban presa de las llamas, y cuando el fuego se apagó nadie reparó en el amasijo de piel calcinada que se arrastraba trabajosamente fuera de los escombros. La piel le ardia terriblemente, y el minimo roce le causaba un tremendo dolor, pero no murió.
Fue hasta 1977 que sus heridas se recuperaron los suficiente como para volver a Epatlan, ahora como un mendigo. Los 30 años de ayuno lo tenían en los huesos, y tenia que arrastrarse para moverse. Unas tortillas duras que una buena samaritana le dio constituyo su primera comida desde hacia 3 decadas.
Actualmente, nadie sabe donde vive, y sólo se le ve mendigar en las calles de vez en cuando. Nadie recuerda su nombre, quizá ni siquiera el, y las quemadas y los andrajos no permiten identificarlo. Solo un elemento hace posible reconocerlo: el baston que se le obsequiara cuando fue dado de baja con honores, hace ya 140 años.
LO DESCONOCIDO
Esto ocurrió un fin de semana que se presentaba perfecto; discotecas, alcohol, chicas...
Era viernes por la noche y mis padres no se encontraban en casa, ni lo estarían en todo el fin de semana.
Estaba viendo la televisión, y poco a poco estaba acabando con mi paciencia. Decidí cojer el teléfono y llamar a un amigo, o quizás un par. –Cuantos mas, mejor nos lo pasaremos-
Con la libertad de estar solo en casa, coji el teléfono y llame a un par de amigos, para invitarlos a pasar un fin de semana en mi casa.
Hice cinco o seis llamadas. –Tengo que decir que en dos de ellas marque un número erróneo-
Dos de mis mejores amigos aceptaron mi invitación y vinieron a mi casa. -Es una casa apartada de la ciudad-.
Picaron a la puerta. Decidí apagar la televisión, ya que me estaba aburriendo. Abrí la puerta y los recibí.
Pasamos todos tres juntos al comedor, y me di cuenta de que la televisión seguía encendida. Yo estaba seguro que la apague antes de recibir a mis colegas. –Aun así no le di mayor importancia-
Como jóvenes que somos, nos pusimos a ver la tele y beber como hacemos normalmente, aprovechando la ausencia de nuestros padres en casa. Nos lo estábamos pasando de lo mejor.
Risas, críticas a los programas que echaban por la tele etc...Pero de repente, escuchemos un fuerte golpe, venia de arriba.
Toni dijo que no era nada, que el viento probablemente habría abierto una ventana mal encajada.
Se hacia cada vez mas tarde, y nosotros continuábamos a lo nuestro, bebiendo, riéndonos y esas cosas.
Empezaron a retransmitir un programa de efectos paranormales, la hora es indicada para que los niños no la puedan ver. Empezaron haciendo un reportaje en un cementerio. Apaguemos la tele, ya que esos temas, no nos interesaban.
Porque lo quitáis, tenéis miedo o que? –Vaciló Ivan-.
Ivan era el típico estudiante, bien plantado, que se hacia el valiente cuando estaba entre amigos. Pero que todos sabían que cuando esta solo, es un rilado.
Volvimos a encender la tele, para demostrar al estupido de Ivan, que ese programa no nos afectaba ni la mas mínima. Namas volver a poner el canal, pudimos ver la imagen, una sombra en un cementerio. Suponíamos que era de un reportaje.
Porque no vamos nosotros a dar una vuelta al cementerio? –dijo Ivan, disimulando su miedo en un gesto muy atrevido-
Toni y yo al compás afirmamos esa pregunta. Cojimos ropa de abrigo, pues en una noche como esta, debíamos ir abrigados. También nos llevamos encima todo tipo de utensilios, móviles, linternas y como no una pequeña cámara digital.
Salimos de casa preparados para vivir una experiencia –brutal-. Me asseguré de cerrar la puerta con la llave.
Nos encaminamos al cementerio de nuestro municipio, no quedava muy lejos de mi casa.
Ivamos comentando nuestras cosas, Ivan iva entre Toni y yo –supongo que seria, para demostrarnos que es un valiente-.
Lleguemos a la puerta del cementerio. Havia una ligera brisa.
Intentemos abrir la puerta, y nos llevamos un susto. La puerta estaba oxidada, seguramente del tempo en que a estado inutilizada.
Con un terrible esfuerzo, conseguimos desplazar la puerta lo suficiente como para colarnos en el cementerio. Una vez dentro, encendimos nuestras linternas, y procuramos no hacer mucho ruido.
E tíos, no es bueno perturbar las almas de los difuntos –dijo Ivan en una voz apagada-
Toni y yo nos echemos a reír, y tratamos de calmarlo. Le convencimos de que no ariamos nada malo, y que no pasaría nada.
Caminábamos poco a poco, alumbrando con las linternas cada centímetro que íbamos avanzando. De repente, el viento empezó a soplar con fuerza, y como es de esperar, los ramos de flores depositados en los panteones de los difuntos, hacían un ruido de lo más espantoso.
La cosa se estaba poniendo fea, teníamos mucho miedo, para que negarlo?
Seguíamos avanzando, alumbrando todo lo que dejábamos atrás, mayormente tumbas.
De repente algo me agarro fuertemente, y no tarde en darme la vuelta –Afortunadamente era Toni-
Me susurro que vio algo brillante en medio de la oscuridad, y que sentía miedo dentro del cementerio. –Me lo dijo al oído, por tal de que Ivan no se asustase más-
Lo dejamos correr, pensamos que fue una imaginación producida por el pánico.
Pero poco después, sucedió lo mismo. Entonces no perdimos ni un momento y fuimos a donde afirmo ver algo brillante.
Lleguemos a un campo, de escasos metros, donde en medio havia una pequeña habitación con una tumba dentro. Teníamos mucho miedo, parecía una toma de película, pero desafortunadamente era real.
Volvimos a sentir un ruido dentro de esa misteriosa sala, Ivan no aguantaba más, si seguía de brazos cruzados contemplando el recinto, le podría dar un ataque al corazón. Cuando nos dimos cuenta Ivan ya havia entrado en el recinto.
Toni y yo no teníamos el valor que Ivan venció en una décima de segundo. Estábamos nerviosos, no nos dimos cuenta de que nuestro amigo entro allí adentro.
Empecemos a gritar-le, en cuanto saliera de allí nos iríamos, dejaríamos el cementerio y volveríamos a mi casa.
Pero Ivan no respondía, la angustia se aferró de Toni y de mi –no teníamos ni idea de que le pasaba a Ivan-
Volvimos a sentir un fuerte ruido que procedía de allí adentro. Le dije a Toni que me esperase, que le podía estar pasando algo a nuestro amigo, y que yo iva a entrar. Antes de entrar le advertí que no dejara de alumbrarme con la linterna.
Me decidí, comencé a caminar hacia la obertura de la pequeña habitación, la luz de la linterna me quitaba un poco el miedo, pero no todo. Estaba a unos escasos metros de la puerta, cuando vi una sombra en el suelo. Avise a Toni, yo sabia que algo malo le pasaba a mi amigo.
Entre decidido para buscar a Ivan –debía estar allí, porque entro y no lo vimos salir-
Una vez dentro, el corazón se me acelero al ver a Toni estirado boca arriba, tenia el móvil fuertemente sujeto entre sus manos. Se lo arrebate en un jesto de impotencia y salí corriendo, Toni no tubo que preguntarme nada, se hecho a correr detrás mío.
En la huida del cementerio, iba derramando lágrimas por mi amigo Ivan, en ese momento no me fije si estaba vivo o muerto, no atine a tomarle el pulso. Solamente le arrebate el móvil.
“Es culpa mía todo esto” pensé mientras iva corriendo.
La puerta estaba a unos escasos 100 metros de distancia, y Toni corría velozmente detrás mío.
La huida se nos estaba haciendo eterna, una vez delante de la puerta. Tuvimos que hacer un hábil gesto para esquivar la puerta, que anteriormente aviamos forzado para poder entrar.
Una vez fuera del cementerio, suponíamos que el peligro havia acabado. Pero no fue así, alguna cosa extraña (no pudimos ver concretamente que) nos perseguía. Toni y yo, no teníamos otra opción que ir corriendo hacia mi casa y intentar encerrarnos y dar parte a la policía.
Esa cosa extraña cada vez se nos acercaba mas, deje que Toni me pasara para asi tenerlo controlado. (no queria perder otro amigo, por mi culpa)
Faltaba poco para poder ver mi casa, para simplemente verla. Cuando ya la teníamos en nuestro campo de visión, esa cosa que nos perseguía, al parecer aumento de ritmo.
Si seguíamos a nuestro ritmo acabaría atrapándonos. Teníamos una larga recta delante nuestro, le grite a Toni y le lancé las llaves. –ya que el iva primero, ganaríamos unos segundos abriendo la puerta-.
Toni no tardo en abrirla, yo estaba a unos metros de el, me estaba gritando pero yo no podía oír nada, solo veía su dedo señalando detrás mío, y su boca en un gesto de miedo.
Me faltaban unos metros y estaría a salvo en mi casa con mi amigo. Hice un último esfuerzo y entre la puerta, que posteriormente fue cerrada con una velocidad brutal, por parte de Toni.
Echamos todos los pestillos posibles e incluso pusimos sofás en la puerta, para bloquear el paso de esa cosa extraña que teníamos detrás.
Nos caímos al suelo muertos de miedo, no nos salían las palabras. En un mar de dudas, la puerta sonó repeditamente. Un golpe detrás de otro. –no sabíamos que podía ser, pero no queríamos abrir-
Empezamos a hecharnos cada vez mas hacia detrás, hasta chocarnos con la pared de la entrada, no me acuerdo bien como pero empezamos a pedir perdón –no recuerdo porque-
Solamente pedíamos salir con vida de aquello…
Volvió a sonar la puerta, y al cavo de un rato oímos la voz de Ivan! Abridme por favor! –decía-
Era un momento de tensión, la puerta cada vez se movía mas, supuestamente Ivan la golpeaba con más fuerza.
Nos asomamos a la mirilla, y apreciamos a Ivan lleno de sangre, con la ropa destrozada. No dudamos ni un segundo en abrirle la puerta para curarlo y llevarlo a un hospital.
Desde esa noche, no hemos vuelto a venir a mi casa nunca más. Nos hemos cambiado de pueblo, y mi amigo Ivan esta ingresado en un psiquiátrico de Barcelona, donde lleva sin hablar desde el día en que le ocurrió aquel fatídico ataque en el cementerio.
No sabemos que le ocurrió, como no habla, nunca podremos saber que le paso.
Solo tenemos una pequeña prueba que capto su propio móvil dentro del recinto. –Aparece una sombra y sus propios gritos de pánico-
Era viernes por la noche y mis padres no se encontraban en casa, ni lo estarían en todo el fin de semana.
Estaba viendo la televisión, y poco a poco estaba acabando con mi paciencia. Decidí cojer el teléfono y llamar a un amigo, o quizás un par. –Cuantos mas, mejor nos lo pasaremos-
Con la libertad de estar solo en casa, coji el teléfono y llame a un par de amigos, para invitarlos a pasar un fin de semana en mi casa.
Hice cinco o seis llamadas. –Tengo que decir que en dos de ellas marque un número erróneo-
Dos de mis mejores amigos aceptaron mi invitación y vinieron a mi casa. -Es una casa apartada de la ciudad-.
Picaron a la puerta. Decidí apagar la televisión, ya que me estaba aburriendo. Abrí la puerta y los recibí.
Pasamos todos tres juntos al comedor, y me di cuenta de que la televisión seguía encendida. Yo estaba seguro que la apague antes de recibir a mis colegas. –Aun así no le di mayor importancia-
Como jóvenes que somos, nos pusimos a ver la tele y beber como hacemos normalmente, aprovechando la ausencia de nuestros padres en casa. Nos lo estábamos pasando de lo mejor.
Risas, críticas a los programas que echaban por la tele etc...Pero de repente, escuchemos un fuerte golpe, venia de arriba.
Toni dijo que no era nada, que el viento probablemente habría abierto una ventana mal encajada.
Se hacia cada vez mas tarde, y nosotros continuábamos a lo nuestro, bebiendo, riéndonos y esas cosas.
Empezaron a retransmitir un programa de efectos paranormales, la hora es indicada para que los niños no la puedan ver. Empezaron haciendo un reportaje en un cementerio. Apaguemos la tele, ya que esos temas, no nos interesaban.
Porque lo quitáis, tenéis miedo o que? –Vaciló Ivan-.
Ivan era el típico estudiante, bien plantado, que se hacia el valiente cuando estaba entre amigos. Pero que todos sabían que cuando esta solo, es un rilado.
Volvimos a encender la tele, para demostrar al estupido de Ivan, que ese programa no nos afectaba ni la mas mínima. Namas volver a poner el canal, pudimos ver la imagen, una sombra en un cementerio. Suponíamos que era de un reportaje.
Porque no vamos nosotros a dar una vuelta al cementerio? –dijo Ivan, disimulando su miedo en un gesto muy atrevido-
Toni y yo al compás afirmamos esa pregunta. Cojimos ropa de abrigo, pues en una noche como esta, debíamos ir abrigados. También nos llevamos encima todo tipo de utensilios, móviles, linternas y como no una pequeña cámara digital.
Salimos de casa preparados para vivir una experiencia –brutal-. Me asseguré de cerrar la puerta con la llave.
Nos encaminamos al cementerio de nuestro municipio, no quedava muy lejos de mi casa.
Ivamos comentando nuestras cosas, Ivan iva entre Toni y yo –supongo que seria, para demostrarnos que es un valiente-.
Lleguemos a la puerta del cementerio. Havia una ligera brisa.
Intentemos abrir la puerta, y nos llevamos un susto. La puerta estaba oxidada, seguramente del tempo en que a estado inutilizada.
Con un terrible esfuerzo, conseguimos desplazar la puerta lo suficiente como para colarnos en el cementerio. Una vez dentro, encendimos nuestras linternas, y procuramos no hacer mucho ruido.
E tíos, no es bueno perturbar las almas de los difuntos –dijo Ivan en una voz apagada-
Toni y yo nos echemos a reír, y tratamos de calmarlo. Le convencimos de que no ariamos nada malo, y que no pasaría nada.
Caminábamos poco a poco, alumbrando con las linternas cada centímetro que íbamos avanzando. De repente, el viento empezó a soplar con fuerza, y como es de esperar, los ramos de flores depositados en los panteones de los difuntos, hacían un ruido de lo más espantoso.
La cosa se estaba poniendo fea, teníamos mucho miedo, para que negarlo?
Seguíamos avanzando, alumbrando todo lo que dejábamos atrás, mayormente tumbas.
De repente algo me agarro fuertemente, y no tarde en darme la vuelta –Afortunadamente era Toni-
Me susurro que vio algo brillante en medio de la oscuridad, y que sentía miedo dentro del cementerio. –Me lo dijo al oído, por tal de que Ivan no se asustase más-
Lo dejamos correr, pensamos que fue una imaginación producida por el pánico.
Pero poco después, sucedió lo mismo. Entonces no perdimos ni un momento y fuimos a donde afirmo ver algo brillante.
Lleguemos a un campo, de escasos metros, donde en medio havia una pequeña habitación con una tumba dentro. Teníamos mucho miedo, parecía una toma de película, pero desafortunadamente era real.
Volvimos a sentir un ruido dentro de esa misteriosa sala, Ivan no aguantaba más, si seguía de brazos cruzados contemplando el recinto, le podría dar un ataque al corazón. Cuando nos dimos cuenta Ivan ya havia entrado en el recinto.
Toni y yo no teníamos el valor que Ivan venció en una décima de segundo. Estábamos nerviosos, no nos dimos cuenta de que nuestro amigo entro allí adentro.
Empecemos a gritar-le, en cuanto saliera de allí nos iríamos, dejaríamos el cementerio y volveríamos a mi casa.
Pero Ivan no respondía, la angustia se aferró de Toni y de mi –no teníamos ni idea de que le pasaba a Ivan-
Volvimos a sentir un fuerte ruido que procedía de allí adentro. Le dije a Toni que me esperase, que le podía estar pasando algo a nuestro amigo, y que yo iva a entrar. Antes de entrar le advertí que no dejara de alumbrarme con la linterna.
Me decidí, comencé a caminar hacia la obertura de la pequeña habitación, la luz de la linterna me quitaba un poco el miedo, pero no todo. Estaba a unos escasos metros de la puerta, cuando vi una sombra en el suelo. Avise a Toni, yo sabia que algo malo le pasaba a mi amigo.
Entre decidido para buscar a Ivan –debía estar allí, porque entro y no lo vimos salir-
Una vez dentro, el corazón se me acelero al ver a Toni estirado boca arriba, tenia el móvil fuertemente sujeto entre sus manos. Se lo arrebate en un jesto de impotencia y salí corriendo, Toni no tubo que preguntarme nada, se hecho a correr detrás mío.
En la huida del cementerio, iba derramando lágrimas por mi amigo Ivan, en ese momento no me fije si estaba vivo o muerto, no atine a tomarle el pulso. Solamente le arrebate el móvil.
“Es culpa mía todo esto” pensé mientras iva corriendo.
La puerta estaba a unos escasos 100 metros de distancia, y Toni corría velozmente detrás mío.
La huida se nos estaba haciendo eterna, una vez delante de la puerta. Tuvimos que hacer un hábil gesto para esquivar la puerta, que anteriormente aviamos forzado para poder entrar.
Una vez fuera del cementerio, suponíamos que el peligro havia acabado. Pero no fue así, alguna cosa extraña (no pudimos ver concretamente que) nos perseguía. Toni y yo, no teníamos otra opción que ir corriendo hacia mi casa y intentar encerrarnos y dar parte a la policía.
Esa cosa extraña cada vez se nos acercaba mas, deje que Toni me pasara para asi tenerlo controlado. (no queria perder otro amigo, por mi culpa)
Faltaba poco para poder ver mi casa, para simplemente verla. Cuando ya la teníamos en nuestro campo de visión, esa cosa que nos perseguía, al parecer aumento de ritmo.
Si seguíamos a nuestro ritmo acabaría atrapándonos. Teníamos una larga recta delante nuestro, le grite a Toni y le lancé las llaves. –ya que el iva primero, ganaríamos unos segundos abriendo la puerta-.
Toni no tardo en abrirla, yo estaba a unos metros de el, me estaba gritando pero yo no podía oír nada, solo veía su dedo señalando detrás mío, y su boca en un gesto de miedo.
Me faltaban unos metros y estaría a salvo en mi casa con mi amigo. Hice un último esfuerzo y entre la puerta, que posteriormente fue cerrada con una velocidad brutal, por parte de Toni.
Echamos todos los pestillos posibles e incluso pusimos sofás en la puerta, para bloquear el paso de esa cosa extraña que teníamos detrás.
Nos caímos al suelo muertos de miedo, no nos salían las palabras. En un mar de dudas, la puerta sonó repeditamente. Un golpe detrás de otro. –no sabíamos que podía ser, pero no queríamos abrir-
Empezamos a hecharnos cada vez mas hacia detrás, hasta chocarnos con la pared de la entrada, no me acuerdo bien como pero empezamos a pedir perdón –no recuerdo porque-
Solamente pedíamos salir con vida de aquello…
Volvió a sonar la puerta, y al cavo de un rato oímos la voz de Ivan! Abridme por favor! –decía-
Era un momento de tensión, la puerta cada vez se movía mas, supuestamente Ivan la golpeaba con más fuerza.
Nos asomamos a la mirilla, y apreciamos a Ivan lleno de sangre, con la ropa destrozada. No dudamos ni un segundo en abrirle la puerta para curarlo y llevarlo a un hospital.
Desde esa noche, no hemos vuelto a venir a mi casa nunca más. Nos hemos cambiado de pueblo, y mi amigo Ivan esta ingresado en un psiquiátrico de Barcelona, donde lleva sin hablar desde el día en que le ocurrió aquel fatídico ataque en el cementerio.
No sabemos que le ocurrió, como no habla, nunca podremos saber que le paso.
Solo tenemos una pequeña prueba que capto su propio móvil dentro del recinto. –Aparece una sombra y sus propios gritos de pánico-
LA MUJER DEL VELO
Luís enamoraba con poemas, con miradas insinuantes y detalles exquisitos que solo él sabía calar y dejar mella en sus enamoradas...
Ana como otras tantas, se enamoró locamente de él, de tal forma que cuando Luís perdió el interés en ella, Ana se suicidó por amor, por ese amor verdadero que creía haber vivido. No sin antes jurar que se lo llevaría con él para estar juntos en la eternidad. Dicen que el día de los muertos, Luís llevaba unas copas de más debido a que había tomado en un lugar de dudosa reputación, cuando de pronto vio en las sombras a una mujer de un cuerpo divino y de belleza sobrehumana, solo que en el rostro llevaba un velo negro en señal de luto. Luís quería acercarse a ella y ella se iba alejando más y más, hasta desaparecer... Todas la noches sucedía lo mismo. Él pensaba que iba a morir de amor. Y pasó una semana: fecha en la que su difunta amante suicida cumplía un año. Al pasar por el panteón de nuevo vio a la misma silueta de aquella bella mujer dentro del panteón pidiendo a gritos ayuda, y él, caballero, apresuró el paso en busca de la dama. Ana, al verlo dijo: - Gracias al cielo alguien me ha escuchado. El caballero le preguntó por qué estaba en el pateón y respondió: - Venía a ver a mi hermana, que hoy cumple un año de muerta. Un mal hombre la enamoró y ella se mató por él, ¿Qué crees que se merece? Por quedar bien con la hermosa dama contestó. - Merece ser enterrado vivo con la mujer a la que hizo sufrir, para que ella lo pueda amar. Y ella respondió. - Pues esto ha de pasar. Le agarró de la cintura y él, sumamente emocionado, le quitó el velo para verla... ¡¡¡Horror!!! La amante estaba allí, carcomida por los gusanos que se veían en su boca y ojos. Llo hundió sumergiéndole en la tierra, cumpliendo así su deseo. Mi abuela dice que le han dicho que por esos días siempre se escuchan los gritos desgarradores de un hombre mientras una mujer canta una canción nupcial.
LA ENFERMERA FANTASMA
En el Hospital Juárez, ubicado en las calles de Jesús María y Fray Servando, en el Centro Histórico del Distrito Federal, se ha venido escuchando desde 1847, una leyenda de una enfermera que se aparece en el interior del hospital. Le dicen “La Planchada” por su ropa almidonada, pues los que la han visto y los que la conocieron coinciden en que se llama así por su pulcritud, pues almidonaba mucho su uniforme para que este no se arrugara.
Según internos y trabajadores del hospital, han escuchado, sobre todo en las noches, ruidos y sonidos extraños. Lo más “común”, en el Hospital Juárez es la atención que esta enfermera tiene hacia los enfermos; ya que se dice el que el fantasma de “La Planchada” se aparece cuando algún enfermo no ha tomado sus medicamentos, ya sea por negligencia de las enfermeras o por cualquier otro motivo. En varias ocasiones los enfermos argumentan que ya han tomado sus medicamentos, cuando en realidad la enfermera en turno no había suministrado medicamento alguno. Y, en efecto, dada la descripción de esta enfermera, que pocos han visto (pacientes y enfermeras), ha atendido a “sus enfermos”. Hay dos versiones populares sobre el origen de esta leyenda y otra del decano del Hospital Juárez, el doctor Eduardo Jiménez Sandoval de 82 años de edad y 40 de trabajar en el nosocomio. La primera versión dice que un día llegaron los padres de la hoy fantasmal figura, en calidad de pacientes a los cuales atendió muy mal, y tiempo después, ahí murieron. Otra versión es que, supuestamente, esta enfermera trataba mal a los enfermos, aventaba sus medicamentos y era muy estricta; se dice que es su espíritu el que vaga en el viejo inmueble, cuidando que los enfermos que están ahí, se encuentren bien, en castigo a tal crueldad que tenía con los mismos cuando vivía. Hay ocasiones en que las enfermeras del turno de la noche, al hacer guardia se han quedado dormidas, y precipitadamente las han despertado sintiendo un golpe con la palma de la mano en sus cabezas. Estas, al despertar, no ven a nadie a su alrededor, solo los largos y viejos pasillos, quietos en la mitad de la noche. En la dirección de este hospital, a la cual misteriosamente el paso es muy restringido, inclusive para los que ahí trabajan, se habla de un cuadro que se encuentra en una de las paredes; dicho cuadro, según dicen los internos del nosocomio, correspondería a esta enfermera de la cual, también misteriosamente, no se sabe casi nada, ni de dónde vino, ni cuando ingresó al hospital y ni cómo murió; solo se sabe que fue una mujer hermosa, de pelo corto y rubio, seria, pero sobre todo, estricta, siempre de uniforme blanco almidonado; caminando erguida por los pasillos. La enfermera Romy del Rayo Gordillo, dijo que a todo el personal le consta la existencia del fantasma que describió como una mujer alta, rubia, de ojos azules, con ropaje similar al usado en el Virreinato, pero que nadie desea hablar de ello. Algunos trabajadores que pidieron el anonimato, argumentaron el temor a la que alguien pueda mofarse. El Hospital Juárez data desde la Conquista, cuando Fray Pedro de Gante fundó las cuatro primeras iglesias, de las cuales, una fue denominada Parroquia de los Indios de San Pablo, que estuvo a cargo de los padres franciscanos. Es interesante saber que en este lugar se fundó la primera biblioteca de la Nueva España, y que fue ahí mismo donde se comenzó la era de la astronomía en el México conquistado; ya que ahí llegaron los primeros Astrolabios e instrumentos astrológicos del Viejo Mundo, mismos que sirvieron para los primeros estudios, como ya lo dijimos anteriormente, de los primeros astrónomos de la Nueva España. Siglos después, cuando los Estados Unidos amenazaba a México con una guerra de invasión, Don José Urbano Fonseca, autor del proyecto de convertir en un hospital de sangre al viejo edificio de San Pablo, que servía como cuartel para los militares mexicanos, logró que se entregara parte de éste para los heridos de la guerra que en esos momentos se desataba. Los primeros heridos a los que se les atendió fueron a los del Batallón de Padierna el 23 de agosto de 1847, fecha en que se le puede considerar a la edificación como hospital, ya que en un principio fue iglesia y cuyas ruinas pueden apreciarse en el presente. Ladislao de la Pascua y Guillermo Santa María, fueron los primeros doctores que prestaron sus servicios gratuitamente en las Batallas de Padierna y Churubusco. Para algunos enterados que pidieron omitir sus nombres, es en este tiempo en que nació la leyenda de “La Planchada” y argumentaron que, el exceso de trabajo al escaso personal, por cansancio se quedaban dormidas las enfermeras y al despertar apresuradas para atender a los heridos de la guerra, se encontraban con la novedad de que ya habían sido atendidos por una enfermera que nadie conocía. En medio del furor de la guerra injusta que culminó con la pérdida del 52 por ciento del territorio mexicano al firmarse los Tratados Guadalupe Hidalgo, algunos trabajadores y militares se pusieron de acuerdo para seguir a la mujer que les brindaba cuidadosa atención, y se espantaron al ver que desaparecía a escasos metros del Hospital. A partir del 19 de julio de 1872, se le llamó Hospital Juárez en memoria al Benemérito de las Américas, que horas antes había muerto. Tal ha sido la fama de este lugar y su eterna enfermera como compañía que, en 1976, se realizó un concurso de poesía llamado “Dr. José Rojo de la Vega”, convocado por el Comité Organizador de la XXII Asamblea Nacional de Cirujanos en el cual concursó el siguiente poema: La Planchada Fantasmal enfermera que lucía impoluto uniforme almidonado Con gran esmero, y con primor planchado En el viejo hospital se aparecía. A los pacientes atendía Con eficiencia y especial cuidado, Si en nocturno bregar, rudo y callado, Agobiada enfermera se dormía. ¿Quién era esa mujer?; ¿era alma en pena?; ¿Era flor por la vida desechada, qué así purgaba singular condena?
Según internos y trabajadores del hospital, han escuchado, sobre todo en las noches, ruidos y sonidos extraños. Lo más “común”, en el Hospital Juárez es la atención que esta enfermera tiene hacia los enfermos; ya que se dice el que el fantasma de “La Planchada” se aparece cuando algún enfermo no ha tomado sus medicamentos, ya sea por negligencia de las enfermeras o por cualquier otro motivo. En varias ocasiones los enfermos argumentan que ya han tomado sus medicamentos, cuando en realidad la enfermera en turno no había suministrado medicamento alguno. Y, en efecto, dada la descripción de esta enfermera, que pocos han visto (pacientes y enfermeras), ha atendido a “sus enfermos”. Hay dos versiones populares sobre el origen de esta leyenda y otra del decano del Hospital Juárez, el doctor Eduardo Jiménez Sandoval de 82 años de edad y 40 de trabajar en el nosocomio. La primera versión dice que un día llegaron los padres de la hoy fantasmal figura, en calidad de pacientes a los cuales atendió muy mal, y tiempo después, ahí murieron. Otra versión es que, supuestamente, esta enfermera trataba mal a los enfermos, aventaba sus medicamentos y era muy estricta; se dice que es su espíritu el que vaga en el viejo inmueble, cuidando que los enfermos que están ahí, se encuentren bien, en castigo a tal crueldad que tenía con los mismos cuando vivía. Hay ocasiones en que las enfermeras del turno de la noche, al hacer guardia se han quedado dormidas, y precipitadamente las han despertado sintiendo un golpe con la palma de la mano en sus cabezas. Estas, al despertar, no ven a nadie a su alrededor, solo los largos y viejos pasillos, quietos en la mitad de la noche. En la dirección de este hospital, a la cual misteriosamente el paso es muy restringido, inclusive para los que ahí trabajan, se habla de un cuadro que se encuentra en una de las paredes; dicho cuadro, según dicen los internos del nosocomio, correspondería a esta enfermera de la cual, también misteriosamente, no se sabe casi nada, ni de dónde vino, ni cuando ingresó al hospital y ni cómo murió; solo se sabe que fue una mujer hermosa, de pelo corto y rubio, seria, pero sobre todo, estricta, siempre de uniforme blanco almidonado; caminando erguida por los pasillos. La enfermera Romy del Rayo Gordillo, dijo que a todo el personal le consta la existencia del fantasma que describió como una mujer alta, rubia, de ojos azules, con ropaje similar al usado en el Virreinato, pero que nadie desea hablar de ello. Algunos trabajadores que pidieron el anonimato, argumentaron el temor a la que alguien pueda mofarse. El Hospital Juárez data desde la Conquista, cuando Fray Pedro de Gante fundó las cuatro primeras iglesias, de las cuales, una fue denominada Parroquia de los Indios de San Pablo, que estuvo a cargo de los padres franciscanos. Es interesante saber que en este lugar se fundó la primera biblioteca de la Nueva España, y que fue ahí mismo donde se comenzó la era de la astronomía en el México conquistado; ya que ahí llegaron los primeros Astrolabios e instrumentos astrológicos del Viejo Mundo, mismos que sirvieron para los primeros estudios, como ya lo dijimos anteriormente, de los primeros astrónomos de la Nueva España. Siglos después, cuando los Estados Unidos amenazaba a México con una guerra de invasión, Don José Urbano Fonseca, autor del proyecto de convertir en un hospital de sangre al viejo edificio de San Pablo, que servía como cuartel para los militares mexicanos, logró que se entregara parte de éste para los heridos de la guerra que en esos momentos se desataba. Los primeros heridos a los que se les atendió fueron a los del Batallón de Padierna el 23 de agosto de 1847, fecha en que se le puede considerar a la edificación como hospital, ya que en un principio fue iglesia y cuyas ruinas pueden apreciarse en el presente. Ladislao de la Pascua y Guillermo Santa María, fueron los primeros doctores que prestaron sus servicios gratuitamente en las Batallas de Padierna y Churubusco. Para algunos enterados que pidieron omitir sus nombres, es en este tiempo en que nació la leyenda de “La Planchada” y argumentaron que, el exceso de trabajo al escaso personal, por cansancio se quedaban dormidas las enfermeras y al despertar apresuradas para atender a los heridos de la guerra, se encontraban con la novedad de que ya habían sido atendidos por una enfermera que nadie conocía. En medio del furor de la guerra injusta que culminó con la pérdida del 52 por ciento del territorio mexicano al firmarse los Tratados Guadalupe Hidalgo, algunos trabajadores y militares se pusieron de acuerdo para seguir a la mujer que les brindaba cuidadosa atención, y se espantaron al ver que desaparecía a escasos metros del Hospital. A partir del 19 de julio de 1872, se le llamó Hospital Juárez en memoria al Benemérito de las Américas, que horas antes había muerto. Tal ha sido la fama de este lugar y su eterna enfermera como compañía que, en 1976, se realizó un concurso de poesía llamado “Dr. José Rojo de la Vega”, convocado por el Comité Organizador de la XXII Asamblea Nacional de Cirujanos en el cual concursó el siguiente poema: La Planchada Fantasmal enfermera que lucía impoluto uniforme almidonado Con gran esmero, y con primor planchado En el viejo hospital se aparecía. A los pacientes atendía Con eficiencia y especial cuidado, Si en nocturno bregar, rudo y callado, Agobiada enfermera se dormía. ¿Quién era esa mujer?; ¿era alma en pena?; ¿Era flor por la vida desechada, qué así purgaba singular condena?
LA VIEJA MECEDORA
Dicen que los objetos antiguos siempre tienen una historia detrás, sin poder ocultar lo que pasó anteriormente. La historia que os voy a contar es la de un joven.
Una mañana, en el pueblo donde residía había una gran subasta, debido a la demolición de una vieja casa abandonada y todos los objetos de valor que en ella se encontraba los iban a venderse.
El joven al enterarse fue rápido a ver si veía algo que llamase su interés. Pensaba que sería una buena idea encontrar algo que le sirviera para el salón y pudiera a su vez no ser un simple adorno.
Al llegar a la subasta, veía libros viejos, una lámpara de araña, algunos armarios y un baúl, pero nada que llamase su atención. La puja comenzó, hasta que de pronto vio, que se subastaba una mecedora; que por muy simple que se viese, era perfecta para el rincón del salón. Así que después de estar luchando por ese asiento, consiguió comprarlo.
Cuando llegó a su casa, abrió la caja que la contenía y la colocó en el lugar que había dispuesto para ella. Cómoda, confortable y barata, era perfecto para sus horas tanto de lectura como de sueño.
Los días pasaban sintiéndose más orgulloso de la buena compra que había hecho, sin arrepentirse de nada, pues comía y se echaba su pequeña siesta o a veces se ponía delante de algún libro a leer, balanceándose horas y horas.
Una noche de tormenta oyó el crujir de la madera, pero pensó que aquel estruendo lo generaban los árboles de la calle, se fue a dormir, porque por la mañana tendría que madrugar para ir a trabajar.
Al día siguiente hacia su vida como siempre, hasta que llegaba la noche y volvía a oír ese extraño sonido, no produciéndola ni la tormenta, ni el viento; sonando en el interior de la casa. Bajó a ver lo que pasaba, pero todo estaba en calma; lo más seguro que fuese que estaba soñando pues eran las tres y media de la mañana.
El tiempo pasaba, haciéndose cada vez más repetitivo cuando daban las tres, pero siempre bajaba, lo revisaba todo, miraba cada rincón, pero no hallaba nada.
Una noche no podía conciliar el sueño y se puso a leer a altas horas. Dieron las tres de la mañana y allí seguía con su lectura, pasando páginas y más páginas, hasta que se levantó a por un vaso de agua.
Mientras se encontraba en la cocina oyó ese maldito ruido que lo tenía nervioso, pues no sabía de donde provenía, observando que delante de sus ojos se movía la mecedora incesantemente. Pero allí no corría el viento por ninguna parte y lo que fue más curioso que al ponerse delante del asiento, se paró en seco. El muchacho no podía creer lo que veía, pensaba que había leído demasiado y era todo producto de su imaginación.
Al día siguiente se acerco a los que le vendieron la mecedora, para buscar respuestas a lo que le ocurrió, pero nadie le pudo contestar. Marchándose para su casa, sintiendo que lo sucedido la noche anterior fue desvaríos debido al cansancio.
Dando el reloj las tres de la mañana, se escuchó de nuevo ese infernal ruido. El chico no salía de su asombro, pero todo esto debía de acabar, no podía continuar así, se tenía que deshacer urgentemente de ese condenado mobiliario.
Bajando cada peldaño de la escalera hasta llegar al final, se topó delante de la mecedora, que se movía cada vez más ligera. Sin pensarlo actuó rápidamente dirigiéndose hacia ella, pero de repente cuando la fue a cogerla, un escalofrío atravesó su cuerpo, al sentir que una mano se posó en su hombro.
A la mañana siguiente un compañero suyo de trabajo, se extrañó de que no fuera como cada día, pues siempre era muy puntual y si estaba enfermo, siempre llamaba para avisar.
Acercándose a la casa donde vivía el joven, nadie respondía a las llamadas del timbre hasta que se fijó que la puerta estaba entreabierta; adentrándose en el lugar, no podía ni imaginar lo que allí veían sus ojos. Pasó la entrada encontrandose con la figura de su compañero muerto, sentado en la mecedora, con los ojos fuera de sus órbitas, mientras que sujetaba su libro,.
Los días pasaron desde aquel nefasto suceso, algunos pensaban que murió de forma natural, otros que se suicidó con algún veneno, pero sois los únicos que podéis juzgar por vosotros mismos; yo, a decir verdad, os dejo que saquéis conclusiones de todo esto, mientras que saco a subasta UNA VIEJA MECEDORA…
Una mañana, en el pueblo donde residía había una gran subasta, debido a la demolición de una vieja casa abandonada y todos los objetos de valor que en ella se encontraba los iban a venderse.
El joven al enterarse fue rápido a ver si veía algo que llamase su interés. Pensaba que sería una buena idea encontrar algo que le sirviera para el salón y pudiera a su vez no ser un simple adorno.
Al llegar a la subasta, veía libros viejos, una lámpara de araña, algunos armarios y un baúl, pero nada que llamase su atención. La puja comenzó, hasta que de pronto vio, que se subastaba una mecedora; que por muy simple que se viese, era perfecta para el rincón del salón. Así que después de estar luchando por ese asiento, consiguió comprarlo.
Cuando llegó a su casa, abrió la caja que la contenía y la colocó en el lugar que había dispuesto para ella. Cómoda, confortable y barata, era perfecto para sus horas tanto de lectura como de sueño.
Los días pasaban sintiéndose más orgulloso de la buena compra que había hecho, sin arrepentirse de nada, pues comía y se echaba su pequeña siesta o a veces se ponía delante de algún libro a leer, balanceándose horas y horas.
Una noche de tormenta oyó el crujir de la madera, pero pensó que aquel estruendo lo generaban los árboles de la calle, se fue a dormir, porque por la mañana tendría que madrugar para ir a trabajar.
Al día siguiente hacia su vida como siempre, hasta que llegaba la noche y volvía a oír ese extraño sonido, no produciéndola ni la tormenta, ni el viento; sonando en el interior de la casa. Bajó a ver lo que pasaba, pero todo estaba en calma; lo más seguro que fuese que estaba soñando pues eran las tres y media de la mañana.
El tiempo pasaba, haciéndose cada vez más repetitivo cuando daban las tres, pero siempre bajaba, lo revisaba todo, miraba cada rincón, pero no hallaba nada.
Una noche no podía conciliar el sueño y se puso a leer a altas horas. Dieron las tres de la mañana y allí seguía con su lectura, pasando páginas y más páginas, hasta que se levantó a por un vaso de agua.
Mientras se encontraba en la cocina oyó ese maldito ruido que lo tenía nervioso, pues no sabía de donde provenía, observando que delante de sus ojos se movía la mecedora incesantemente. Pero allí no corría el viento por ninguna parte y lo que fue más curioso que al ponerse delante del asiento, se paró en seco. El muchacho no podía creer lo que veía, pensaba que había leído demasiado y era todo producto de su imaginación.
Al día siguiente se acerco a los que le vendieron la mecedora, para buscar respuestas a lo que le ocurrió, pero nadie le pudo contestar. Marchándose para su casa, sintiendo que lo sucedido la noche anterior fue desvaríos debido al cansancio.
Dando el reloj las tres de la mañana, se escuchó de nuevo ese infernal ruido. El chico no salía de su asombro, pero todo esto debía de acabar, no podía continuar así, se tenía que deshacer urgentemente de ese condenado mobiliario.
Bajando cada peldaño de la escalera hasta llegar al final, se topó delante de la mecedora, que se movía cada vez más ligera. Sin pensarlo actuó rápidamente dirigiéndose hacia ella, pero de repente cuando la fue a cogerla, un escalofrío atravesó su cuerpo, al sentir que una mano se posó en su hombro.
A la mañana siguiente un compañero suyo de trabajo, se extrañó de que no fuera como cada día, pues siempre era muy puntual y si estaba enfermo, siempre llamaba para avisar.
Acercándose a la casa donde vivía el joven, nadie respondía a las llamadas del timbre hasta que se fijó que la puerta estaba entreabierta; adentrándose en el lugar, no podía ni imaginar lo que allí veían sus ojos. Pasó la entrada encontrandose con la figura de su compañero muerto, sentado en la mecedora, con los ojos fuera de sus órbitas, mientras que sujetaba su libro,.
Los días pasaron desde aquel nefasto suceso, algunos pensaban que murió de forma natural, otros que se suicidó con algún veneno, pero sois los únicos que podéis juzgar por vosotros mismos; yo, a decir verdad, os dejo que saquéis conclusiones de todo esto, mientras que saco a subasta UNA VIEJA MECEDORA…
NUNCA JUEGUES CON LANGOSTAS
Una mañana alrededor de las 5 AM, Susan DeLucci de 22 años despertó en su casa de Kittery, Maine, con una dolorosa necesidad de orinar. Al principio pensó que tenia diarrea, excepto que se trataba del orificio corporal equivocado. Se aproximo tambaleándose al baño y de su vagina salió el ruido mas horrible y nauseabundo jamás oído.
Envuelta en un dolor paralizante, miss DeLucci continuó durante unos minutos, empujando y expulsando a chorros de su vagina una marea ardiente de inclasificable inmundicia. Mientras se asía con fuerza a los lados del baño, gritaba con desesperación lo que alertó a los vecinos que llamaron a la policía. Cuando la policía y los médicos llegaron encontraron a la mujer inconsciente, tumbada en el suelo del baño, sin nada encima excepto su bata de baño.
Chorreando desde su entrepierna se podía ver una corriente de jarabe verde amarronado. El médico decidió cambiarla a un lugar mas ancho, así que cogió su pierna izquierda, cruzada sobre la otra pierna para enderezarla hacia fuera, ya que ella se encontraba tumbada retorcidamente.
Cuando el levantó su pierna izquierda, pretendiendo enderezar su cuerpo, expuso su vagina y en ese momento una criatura, no mas grande de la extremidad de un dedo salió de sus órganos genitales y aterrizó en el suelo estallando en un húmedo sonido. Impresionado el médico miro fijamente la criatura que reposaba ahora en los azulejos del cuarto de baño, recubierta por una capa mucosa. Era un camarón minúsculo del fango que se retorcía con saltos a un lado y a otro casi jadeando por agua. El médico horrorizado volvió su cara al baño mientras sentía como las nauseas le envolvían.
Cuando puso su cara sobre el baño, la siguiente visión fue tan horrorosa que hasta el día de hoy no puede mirar un baño sin convulsionar .La totalidad de la taza hervía con crías de camarón del fango marrones que se movían saltando y salpicando con ritmo furioso.
La muerte de Susan DeLucci fue el resultado de una combinación de impresión y traumatismo craneal. Cuando terminó, se levantó de la taza llena de dolor y vio lo que había hecho. La impresión fue tal que se desmayó y se cayó, rompiéndose la cabeza contra el baño y luego contra el suelo.
Dos noches antes del suceso había comprado en la pescadería una langosta viva. Mientras descansaba en una tina, insertó suavemente la cola de la criatura en su vagina para darse placer. En ese momento sostuvo un mechero en la cara de la langosta lo que le llevaba a mover su cola en violentos y espasmódicos movimientos. Los médicos encontraron una cinta XXX de contenido lésbico en la videocasetera y la TV justo delante de la tina.
La langosta fue encontrada en la basura de la cocina envuelta en una bolsa de papel. Se encontraron restos de ADN de DeLucci en la langosta junto con pelos pubicos entre las juntas de la cola de la langosta. El intestino y colon de la langosta estaban llenos de huevos de camarón del fango.
Los especialistas creen que la langosta los había comido previamente por lo que se supone que la langosta excretó los huevos en la vagina de miss DeLucci cuando esta lo torturaba. Estos huevos son comunes en el agua de las pescaderías en los mercados y son generalmente inofensivos ya que mueren al cocerse.
El camarón del fango de Maine solo tiene dos días de gestación y DeLucci estaba solamente a cuatro días de su período. En ese punto de su ciclo menstrual, su matriz tenia el equilibrio perfecto de pH para incubar al camarón de fango, versión mas grande de los populares “Sea Monkeys”, tan vendidos en los EEUU. Durante la noche los huevos comenzaron su ciclo y el camarón del fango empezó a doblar su tamaño cada 10 minutos!!!Pueden imaginarse el intenso dolor interno que sufrió al despertar esa mañana y dar a luz a 1000 crías del camarón del fango???
Envuelta en un dolor paralizante, miss DeLucci continuó durante unos minutos, empujando y expulsando a chorros de su vagina una marea ardiente de inclasificable inmundicia. Mientras se asía con fuerza a los lados del baño, gritaba con desesperación lo que alertó a los vecinos que llamaron a la policía. Cuando la policía y los médicos llegaron encontraron a la mujer inconsciente, tumbada en el suelo del baño, sin nada encima excepto su bata de baño.
Chorreando desde su entrepierna se podía ver una corriente de jarabe verde amarronado. El médico decidió cambiarla a un lugar mas ancho, así que cogió su pierna izquierda, cruzada sobre la otra pierna para enderezarla hacia fuera, ya que ella se encontraba tumbada retorcidamente.
Cuando el levantó su pierna izquierda, pretendiendo enderezar su cuerpo, expuso su vagina y en ese momento una criatura, no mas grande de la extremidad de un dedo salió de sus órganos genitales y aterrizó en el suelo estallando en un húmedo sonido. Impresionado el médico miro fijamente la criatura que reposaba ahora en los azulejos del cuarto de baño, recubierta por una capa mucosa. Era un camarón minúsculo del fango que se retorcía con saltos a un lado y a otro casi jadeando por agua. El médico horrorizado volvió su cara al baño mientras sentía como las nauseas le envolvían.
Cuando puso su cara sobre el baño, la siguiente visión fue tan horrorosa que hasta el día de hoy no puede mirar un baño sin convulsionar .La totalidad de la taza hervía con crías de camarón del fango marrones que se movían saltando y salpicando con ritmo furioso.
La muerte de Susan DeLucci fue el resultado de una combinación de impresión y traumatismo craneal. Cuando terminó, se levantó de la taza llena de dolor y vio lo que había hecho. La impresión fue tal que se desmayó y se cayó, rompiéndose la cabeza contra el baño y luego contra el suelo.
Dos noches antes del suceso había comprado en la pescadería una langosta viva. Mientras descansaba en una tina, insertó suavemente la cola de la criatura en su vagina para darse placer. En ese momento sostuvo un mechero en la cara de la langosta lo que le llevaba a mover su cola en violentos y espasmódicos movimientos. Los médicos encontraron una cinta XXX de contenido lésbico en la videocasetera y la TV justo delante de la tina.
La langosta fue encontrada en la basura de la cocina envuelta en una bolsa de papel. Se encontraron restos de ADN de DeLucci en la langosta junto con pelos pubicos entre las juntas de la cola de la langosta. El intestino y colon de la langosta estaban llenos de huevos de camarón del fango.
Los especialistas creen que la langosta los había comido previamente por lo que se supone que la langosta excretó los huevos en la vagina de miss DeLucci cuando esta lo torturaba. Estos huevos son comunes en el agua de las pescaderías en los mercados y son generalmente inofensivos ya que mueren al cocerse.
El camarón del fango de Maine solo tiene dos días de gestación y DeLucci estaba solamente a cuatro días de su período. En ese punto de su ciclo menstrual, su matriz tenia el equilibrio perfecto de pH para incubar al camarón de fango, versión mas grande de los populares “Sea Monkeys”, tan vendidos en los EEUU. Durante la noche los huevos comenzaron su ciclo y el camarón del fango empezó a doblar su tamaño cada 10 minutos!!!Pueden imaginarse el intenso dolor interno que sufrió al despertar esa mañana y dar a luz a 1000 crías del camarón del fango???
MASCOTAS RESUCITADAS
Luis como cada mañana sacó a pasear a su perro, un precioso ejemplar de Beagle, una raza conocida por ser unos excelentes rastreadores y grandes cazadores. Su paseo matutino finalizó sin ningún contratiempo y Luis no advirtió que la rutina de cada mañana se había roto.
Todas las mañana cuando salía de casa con el perro el loro de la vecina empezaba a gritar y provocar los más chirriantes sonidos, Sultán que así se llamaba el perro odiaba al pájaro con toda su alma y comenzaba a ladrarle provocando mas de una queja entre el vecindario. Sin embargo esa mañana nadie molestó a Sultán y el loro no había armado el escándalo habitual.
Luis no le había dado importancia a ese hecho. Pensó que tal vez su vecina, debido a las quejas del resto de vecinos, había decidido guardar a su mascota en el interior de la casa.
La sorpresa de Luis fue mayúscula cuando al buscar a Sultán en el jardín trasero, que era parte de la comunidad de vecinos. se encontró como su perro excavaba un agujero en la tierra con el loro en la boca. Rápidamente y de un salto le quitó el pájaro de la boca al animal, comprobando que ya estaba muerto.
Asustado y sin saber que hacer limpio al loro de sangre y restos de tierra y decidió colocarlo en la jaula en la que su vecina tenía al animal normalmente. Ocultó toda prueba de que Sultán había asesinado al loro y trató de hacer una vida lo más normal posible, pensando que tal vez al encontrar al loro muerto en la jaula no investigaría su muerte y pensaría que había muerto de alguna enfermedad.
Aproximadamente una hora después escuchó gritos y llantos en la casa de su vecina. Se acercó al lugar para tratar de consolarla como lo hubiera hecho en una situación normal para no levantar sospechas.
Ante los llantos sacó todo un arsenal de consuelos, le dijo que el loro había tenido una vida feliz, que pronto podría comprar otro pájaro que le hiciera compañía, etc.
Sin embargo los llantos y gritos de la mujer no sólo eran de tristeza e impotencia. Tenía un miedo atroz, pues el loro había muerto la noche anterior y ella lo había enterrado esa misma mañana en el jardín de la parte trasera.
¿Habría regresado de entre los muertos su mascota?
Todas las mañana cuando salía de casa con el perro el loro de la vecina empezaba a gritar y provocar los más chirriantes sonidos, Sultán que así se llamaba el perro odiaba al pájaro con toda su alma y comenzaba a ladrarle provocando mas de una queja entre el vecindario. Sin embargo esa mañana nadie molestó a Sultán y el loro no había armado el escándalo habitual.
Luis no le había dado importancia a ese hecho. Pensó que tal vez su vecina, debido a las quejas del resto de vecinos, había decidido guardar a su mascota en el interior de la casa.
La sorpresa de Luis fue mayúscula cuando al buscar a Sultán en el jardín trasero, que era parte de la comunidad de vecinos. se encontró como su perro excavaba un agujero en la tierra con el loro en la boca. Rápidamente y de un salto le quitó el pájaro de la boca al animal, comprobando que ya estaba muerto.
Asustado y sin saber que hacer limpio al loro de sangre y restos de tierra y decidió colocarlo en la jaula en la que su vecina tenía al animal normalmente. Ocultó toda prueba de que Sultán había asesinado al loro y trató de hacer una vida lo más normal posible, pensando que tal vez al encontrar al loro muerto en la jaula no investigaría su muerte y pensaría que había muerto de alguna enfermedad.
Aproximadamente una hora después escuchó gritos y llantos en la casa de su vecina. Se acercó al lugar para tratar de consolarla como lo hubiera hecho en una situación normal para no levantar sospechas.
Ante los llantos sacó todo un arsenal de consuelos, le dijo que el loro había tenido una vida feliz, que pronto podría comprar otro pájaro que le hiciera compañía, etc.
Sin embargo los llantos y gritos de la mujer no sólo eran de tristeza e impotencia. Tenía un miedo atroz, pues el loro había muerto la noche anterior y ella lo había enterrado esa misma mañana en el jardín de la parte trasera.
¿Habría regresado de entre los muertos su mascota?
EL ASESINO DEL ASIENTO DE ATRAS
Una mujer sale del trabajo a altas horas de la madrugada, la carretera está vacía y su camino como cada noche se vuelve monótono y aburrido.
Para evitar dormirse al volante decide parar a comprar algo de comer en una gasolinera que hay camino a su casa, al fin y al cabo no tiene nada que desayunar al día siguiente. La distracción le servirá además para mantenerse despierta los quince minutos que faltan hasta llegar a casa. Tras realizar una rápida compra y lavarse la cara en el baño decide reanudar su viaje.
A los pocos minutos un coche se sitúa detrás de ella a toda velocidad y empieza a encender y apagar las luces. Prácticamente cegada por la intensidad de sus luces de larga distancia la mujer acelera. Sin embargo el vehículo que la persigue aumenta la velocidad y golpea fuertemente su parachoques trasero. Entre el miedo y los nervios se le cae el teléfono móvil bajo el asiento por lo que le es imposible llamar a nadie para pedir auxilio. Tiene que conducir a toda prisa porque el otro vehículo la persigue insistentemente, además las luces de carretera del coche que la acosa le impiden ver correctamente el camino.
Finalmente y con el corazón a punto de explotar del miedo consigue entrar en la ciudad, sabe que la puerta de su casa está pocos metros y que si baja corriendo podrá llegar a tiempo.
Sale del coche de un salto y deja la puerta abierta, tiene demasiada prisa para preocuparse de cerrarla.
Casi inmediatamente del vehículo que la perseguía sale un hombre de pequeña estatura y algo gordito que la grita sin cesar:
¡¡¡ Corre, entra en casa y cierra la puerta !!!
¡¡¡Llama a la policía!!!
La mujer desde el interior de su casa se asoma por la mirilla y observa como de repente del interior de su propio coche sale un hombre con un hacha. Con paso firme se abalanza sobre el conductor que la perseguía y le despedaza en cuestión de segundos.
El conductor que la “acosaba” lo único que pretendía era avisar a la mujer que había alguien en su asiento trasero. Mientras circulaba tras su coche pudo observar como se levantaba una silueta con un hacha y la alzaba con la intención de atacar a la mujer que estando de espaldas no podía ver a su asesino a escasos centímetros.
Para evitar dormirse al volante decide parar a comprar algo de comer en una gasolinera que hay camino a su casa, al fin y al cabo no tiene nada que desayunar al día siguiente. La distracción le servirá además para mantenerse despierta los quince minutos que faltan hasta llegar a casa. Tras realizar una rápida compra y lavarse la cara en el baño decide reanudar su viaje.
A los pocos minutos un coche se sitúa detrás de ella a toda velocidad y empieza a encender y apagar las luces. Prácticamente cegada por la intensidad de sus luces de larga distancia la mujer acelera. Sin embargo el vehículo que la persigue aumenta la velocidad y golpea fuertemente su parachoques trasero. Entre el miedo y los nervios se le cae el teléfono móvil bajo el asiento por lo que le es imposible llamar a nadie para pedir auxilio. Tiene que conducir a toda prisa porque el otro vehículo la persigue insistentemente, además las luces de carretera del coche que la acosa le impiden ver correctamente el camino.
Finalmente y con el corazón a punto de explotar del miedo consigue entrar en la ciudad, sabe que la puerta de su casa está pocos metros y que si baja corriendo podrá llegar a tiempo.
Sale del coche de un salto y deja la puerta abierta, tiene demasiada prisa para preocuparse de cerrarla.
Casi inmediatamente del vehículo que la perseguía sale un hombre de pequeña estatura y algo gordito que la grita sin cesar:
¡¡¡ Corre, entra en casa y cierra la puerta !!!
¡¡¡Llama a la policía!!!
La mujer desde el interior de su casa se asoma por la mirilla y observa como de repente del interior de su propio coche sale un hombre con un hacha. Con paso firme se abalanza sobre el conductor que la perseguía y le despedaza en cuestión de segundos.
El conductor que la “acosaba” lo único que pretendía era avisar a la mujer que había alguien en su asiento trasero. Mientras circulaba tras su coche pudo observar como se levantaba una silueta con un hacha y la alzaba con la intención de atacar a la mujer que estando de espaldas no podía ver a su asesino a escasos centímetros.
LA NIÑA DE LAS MONEDAS
Existe una antigua casa del centro de las ciudad que se dice está encantada y cuentan que en ella hace mucho tiempo vivía una familia acomodada que tenía una hija pequeña y varias criadas a su servicio.
Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos en el pasillo, abrió lentamente la puerta de su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba la habitaciones, un enorme, largo y oscuro corredor lleno de cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y metiendo algo dentro de un hueco en el suelo. La niña no podía creerlo, lo que vió relucir en la mano del muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la ventana eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme que también había visto lo que había pasado y quería sacar partido.
Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela levantarían la loseta y sacarían las monedas hasta acabarlas. Cada noche, la niña, que por su tamaño cabía dentro, se metía por el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco. Las noches pasaban y aquel tesoro parecía no acabarse nunca. Cada noche que pasaba la vela iba consumiéndose más y más, pero las monedas seguían saliendo a pares y no querían dejarse ninguna.
Una noche en medio de su labor la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el escondrijo, pero en el último momento una moneda cayó del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin pensárselo siquiera, la muchacha se metió de nuevo en el hueco. La criada intentó agarrarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda, pero en medio de ese griterío la vela terminó de apagarse. En el momento justo en que el último rayo de luz salió de la vela la loseta se cerró ante los ojos de la criada dejando a la niña dentro, fue imposible volverla a abrir nunca mas.
La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña por desaparecida y el tema se fue olvidando con el tiempo. Pero aún en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches los gritos de auxilio de la niña que repiten noche tras noche en el pasillo “Por favor…socorro…sacadme de aquí…”. Incluso la policía ha acudido multitud de veces ante la llamada de los vecinos que oían voces pidiendo ayuda, pero al llegar al viejo caserón lo único que siempre han encontrado es una vela vieja y consumida puesta justo en el centro de una loseta…
Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos en el pasillo, abrió lentamente la puerta de su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba la habitaciones, un enorme, largo y oscuro corredor lleno de cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y metiendo algo dentro de un hueco en el suelo. La niña no podía creerlo, lo que vió relucir en la mano del muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la ventana eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme que también había visto lo que había pasado y quería sacar partido.
Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela levantarían la loseta y sacarían las monedas hasta acabarlas. Cada noche, la niña, que por su tamaño cabía dentro, se metía por el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco. Las noches pasaban y aquel tesoro parecía no acabarse nunca. Cada noche que pasaba la vela iba consumiéndose más y más, pero las monedas seguían saliendo a pares y no querían dejarse ninguna.
Una noche en medio de su labor la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el escondrijo, pero en el último momento una moneda cayó del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin pensárselo siquiera, la muchacha se metió de nuevo en el hueco. La criada intentó agarrarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda, pero en medio de ese griterío la vela terminó de apagarse. En el momento justo en que el último rayo de luz salió de la vela la loseta se cerró ante los ojos de la criada dejando a la niña dentro, fue imposible volverla a abrir nunca mas.
La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña por desaparecida y el tema se fue olvidando con el tiempo. Pero aún en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches los gritos de auxilio de la niña que repiten noche tras noche en el pasillo “Por favor…socorro…sacadme de aquí…”. Incluso la policía ha acudido multitud de veces ante la llamada de los vecinos que oían voces pidiendo ayuda, pero al llegar al viejo caserón lo único que siempre han encontrado es una vela vieja y consumida puesta justo en el centro de una loseta…
LOS NIÑOS DEL FERROCARRIL
Cuenta la leyenda que un autobús escolar se detuvo sobre las vías del tren en un paso a nivel, su conductor estaba tan borracho que no se dio cuenta de donde había aparcado mientras bajaba a orinar. Por desgracia a los pocos segundos un tren de mercancías que circulaba a gran velocidad chocó contra el bus matando a todos los niños que había dentro, los pobres angelitos casi ni se dieron cuenta. Se dice que desde entonces sus almas sin descanso penan en ese mismo punto deseando cobrarse la vida de quien les dejó a su suerte por influjo del alcohol.
Cualquiera que se detenga por la noche en el paso a nivel del tren con la luz en rojo sufrirá su ira ya que decenas de pequeñas manos invisibles empujaran su coche hacia la vías, donde serán aplastados por el tren.
Los más afortunados podrán acelerar su vehículo y escapar a tiempo, pero los espíritus de los infantes impedirán a cualquiera que haya bebido o esté borracho escapar con vida. Según los testimonios de los pocos supervivientes a veces cuando los cristales de los coches están empañados se pueden ver sus manitas apoyándose en el cristal mientras te empujan a tu muerte. Otros dicen haber escuchado las voces y lamentos de los niños mientras permanecen en el sitio.
Cualquiera que se detenga por la noche en el paso a nivel del tren con la luz en rojo sufrirá su ira ya que decenas de pequeñas manos invisibles empujaran su coche hacia la vías, donde serán aplastados por el tren.
Los más afortunados podrán acelerar su vehículo y escapar a tiempo, pero los espíritus de los infantes impedirán a cualquiera que haya bebido o esté borracho escapar con vida. Según los testimonios de los pocos supervivientes a veces cuando los cristales de los coches están empañados se pueden ver sus manitas apoyándose en el cristal mientras te empujan a tu muerte. Otros dicen haber escuchado las voces y lamentos de los niños mientras permanecen en el sitio.
domingo, 11 de marzo de 2012
MUERTE POR UN MICROONDAS
Claudia una joven estudiante de medicina dedicaba mas tiempo a su vida social que a los estudios, motivo por el cual su madre le prohibió acudir ese jueves por la noche a un fiesta de su universidad a la que ella sabía que acudiría Pedro, el chico de la que estaba enamorada. Sin embargo eso para Claudia no fue un problema pues sabía que su madre, que trabajaba en el hospital, tenía turno de noche y nunca notaría su ausencia si se escapaba.
Poco le importó dejar a su hermana de seis añitos sola en casa, al fin y al cabo ya estaba dormida hacía varias horas y sólo iría a tomarse un par de copas.
En la fiesta corrieron ríos de alcohol y entre copa y copa Claudia se fue acercando cada vez más al chico que le gustaba. Totalmente borrachos ambos, comenzaron los jugueteos, los besos y casi sin darse cuenta acabaron en la casa del chico.
Claudia se despertó en la cama de Pedro cuando eran casi las siete de la mañana, sabía que su madre acababa su turno a las ocho y que si no se daba prisa se daría cuenta de que no había pasado la noche en casa y había desobedecido sus órdenes.
Salió corriendo y llegó tan sólo media hora antes de la hora que solía llegar su madre. Vistió rápidamente a su hermanita y le pidió por favor que no comentara nada a mamá, le prometió que esa misma tarde la llevaría a comer un helado si no contaba nada.
Apurada y sin pensarlo mucho se metió en la ducha para quitarse el olor a tabaco y alcohol que se había impregnado en su cuerpo tras una noche de borrachera. Tenía un dolor de cabeza brutal provocado por la resaca pero no podía evitar una estúpida sonrisa pensando en el chico que tanto le había costado conseguir.
Cuando salió de la ducha con el pelo totalmente mojado recordó que su viejo secador estaba estropeado ¿Cómo podría justificar a su madre que tenía el pelo mojado todavía?
Confusa, asustada y todavía medio borracha pensó que la única solución era secarse el pelo en el microondas, usando un palillo forzó el mecanismo de cerrado de la puerta consiguiendo engañar al aparato eléctrico para que funcionara con la puerta abierta. El resultado fue casi inmediato y su pelo quedó seco en cuestión de segundos.
Por suerte para ella su madre llegó tan cansada del trabajo que ni se dio cuenta de la escapada de su hija mayor la noche anterior.
Claudia con un sonrisa salió de casa rumbo a la universidad, sabía que su plan había funcionado. Estaba feliz por su éxito y sobretodo por su conquista, el chico más guapo de clase al fin era suyo. Lo único que enturbiaba su victoria era ese molesto dolor de cabeza, a pesar de haberse tomado dos aspirinas parecía que no solamente no quería desaparecer si no que además iba cada vez a mas.
Al llegar a la universidad su cara parecía la de un cadáver debido a la falta de sueño, la resaca y el dolor de cabeza. Y entonces fue cuando nada mas entrar en clase se derrumbó, los profesores y sus compañeros acudieron de inmediato a ayudarla, pero ya nada se podía hacer:
¡¡¡ Estaba muerta!!!
Al hacerle una autopsia quedaron horrorizados…
¡¡¡ Tenía el cerebro totalmente quemado y convertido en un viscosa pasta !!!
Poco le importó dejar a su hermana de seis añitos sola en casa, al fin y al cabo ya estaba dormida hacía varias horas y sólo iría a tomarse un par de copas.
En la fiesta corrieron ríos de alcohol y entre copa y copa Claudia se fue acercando cada vez más al chico que le gustaba. Totalmente borrachos ambos, comenzaron los jugueteos, los besos y casi sin darse cuenta acabaron en la casa del chico.
Claudia se despertó en la cama de Pedro cuando eran casi las siete de la mañana, sabía que su madre acababa su turno a las ocho y que si no se daba prisa se daría cuenta de que no había pasado la noche en casa y había desobedecido sus órdenes.
Salió corriendo y llegó tan sólo media hora antes de la hora que solía llegar su madre. Vistió rápidamente a su hermanita y le pidió por favor que no comentara nada a mamá, le prometió que esa misma tarde la llevaría a comer un helado si no contaba nada.
Apurada y sin pensarlo mucho se metió en la ducha para quitarse el olor a tabaco y alcohol que se había impregnado en su cuerpo tras una noche de borrachera. Tenía un dolor de cabeza brutal provocado por la resaca pero no podía evitar una estúpida sonrisa pensando en el chico que tanto le había costado conseguir.
Cuando salió de la ducha con el pelo totalmente mojado recordó que su viejo secador estaba estropeado ¿Cómo podría justificar a su madre que tenía el pelo mojado todavía?
Confusa, asustada y todavía medio borracha pensó que la única solución era secarse el pelo en el microondas, usando un palillo forzó el mecanismo de cerrado de la puerta consiguiendo engañar al aparato eléctrico para que funcionara con la puerta abierta. El resultado fue casi inmediato y su pelo quedó seco en cuestión de segundos.
Por suerte para ella su madre llegó tan cansada del trabajo que ni se dio cuenta de la escapada de su hija mayor la noche anterior.
Claudia con un sonrisa salió de casa rumbo a la universidad, sabía que su plan había funcionado. Estaba feliz por su éxito y sobretodo por su conquista, el chico más guapo de clase al fin era suyo. Lo único que enturbiaba su victoria era ese molesto dolor de cabeza, a pesar de haberse tomado dos aspirinas parecía que no solamente no quería desaparecer si no que además iba cada vez a mas.
Al llegar a la universidad su cara parecía la de un cadáver debido a la falta de sueño, la resaca y el dolor de cabeza. Y entonces fue cuando nada mas entrar en clase se derrumbó, los profesores y sus compañeros acudieron de inmediato a ayudarla, pero ya nada se podía hacer:
¡¡¡ Estaba muerta!!!
Al hacerle una autopsia quedaron horrorizados…
¡¡¡ Tenía el cerebro totalmente quemado y convertido en un viscosa pasta !!!
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