En la cultura popular argentina, en la región de Mailín (Santiago de Estero), el Cachirú es una divinidad maligna y se la representa con la forma descomunal de un lechuzón de poderosas garras y agudo pico.
Su plumaje es gris obscuro, sus ojos, enormes y fosforescentes, brillan en la sombra.
Esta luz y sus gritos agoreros son las únicas señales que anuncian su vuelo silencioso.
Se dice que puede alzar a un hombre por los aires o desgarrar su cuerpo en un santiamén, pero prefiere arrebatarle el alma en la hora de su muerte, para convertirla en un fantasma terrible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario