trucos blogger

sábado, 28 de diciembre de 2013

ALARMA A LAS OCHO


Esta es la historia de Ángel, un chico de catorce años, que llevaba unos días en el hospital porque vomitaba todo lo que comía y tenía mucha fiebre. En el hospital le hicieron muchísimas pruebas buscando una causa. La madre sospechaba de un envenemiento, pero ningún médico supo decir qué tenía. ¡Sólo tenía catorce años y no había comido nada en días!. Su cuerpo no lo toleraba. El ocho de abril de aquel año, su tía, nerviosa e impaciente porque los médicos llenaban a su sobrino de pastillas y no le curaban ni conseguían averiguar qué le ocurría, decidió irse del hospital y visitar al que fuera su pediatra durante años. La madre salió a dar una vuelta por los pasillos del hospital mientras Ángel hablaba con su hermano y la novia de éste. - Me voy a morir. - No digas eso, -le dijo la futura cuñada- aún tienes que venir a nuestra boda. Cuando la madre llegó, no quisieron decirle nada y les dejaron a solas. Angel tomó su reloj, puso la alarma y le dijo a su madre que dejara el reloj sobre la mesilla. La madre se giró, y la alarma sonó. En ese mismo instante a su tía se le bloqueó el volante en la misma puerta del hospital. Un hombre que apareció de la nada le dijo unas palabras muy misteriosas, y acto seguido ella alzó la mirada y el tipo ya no estaba. El hombre y el bloqueo del volante le hicieron reaccionar y salió rauda del coche para entrar de nuevo en el hospital. Cuando llegó a la habitación, todos lloraban. Al sonar la alarma que Angel había puesto a las ocho el día ocho de abril, su alma abandonó su cuerpo, y su madre lo supo desde el mismo instante en que oyó el primer pitido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario